Por Tomás Lukin para Página/12
El reciente descalabro cambiario, pagos a organismos internacionales y la explosiva dinámica de endeudamiento acumulada explican la escalada en la carga de los pasivos sobre las ajustadas cuentas públicas.
Lo único que crece en Argentina son los intereses de la deuda. Los recursos destinados al pago de los vencimientos de los bonos se dispararon en agosto 586 por ciento frente al mismo mes del año pasado.
El reciente descalabro cambiario, pagos a organismos internacionales y la explosiva dinámica de endeudamiento acumulada explican la escalada en la carga de los pasivos sobre las ajustadas cuentas públicas. Los datos oficiales muestran que, a lo largo de los primeros ocho meses del año, los pagos de intereses aumentaron 116,6 por ciento. Suman 428.127 millones de pesos que equivalen al 2 por ciento del PBI. Los recursos transferidos entre enero y agosto a los acreedores son 6 veces mayores que todo el financiamiento destinado a ciencia y tecnología en el proyecto de Presupuesto 2020 elaborado por el Ministerio de Hacienda.
El ciclo de endeudamiento abierto con el desmantelamiento de los mecanismos de administración del mercado cambiario y el oneroso acuerdo con los fondos buitre convirtieron a los intereses en el segundo rubro más importante del gasto. La carga de la deuda desplazó a los recortados subsidios y los deprimidos salarios estatales para ubicarse solo detrás de la seguridad social que, a pesar del recorte en las jubilaciones, se mantiene como el ítem más significativo de las finanzas públicas.
Los datos oficiales muestran que, a lo largo de los primeros ocho meses del año, 15 de cada 100 pesos del presupuesto fueron destinados a hacer frente a los intereses. Las cifras duplican los registros observados antes de la llegada de Cambiemos a la Casa Rosada. El default de los títulos de corto plazo, el proyecto de ley para reestructurar los bonos bajo legislación argentina y la anunciada renegociación con los tenedores de títulos con ley extranjera constituyen la estrategia de emergencia desplegada por el Palacio de Hacienda para intentar frenar la crisis que hace tambalear la economía argentina.
“Si bien los intereses de la deuda tuvieron una suba interanual elevada, mostraron el menor nivel mensual de los últimos 6 meses. El incremento anual obedece a que en agosto se abonaron intereses correspondientes a préstamos de organismos multilaterales y bilaterales. Esos pagos explican las dos terceras partes de los intereses totales de agosto”, indicaron desde la cartera que encabeza Hernán Lacunza.
El Palacio de Hacienda destacó el cumplimiento de las metas de austeridad acordadas para acceder al crédito del Fondo Monetario Internacional. La recesión y el ajuste permitieron que el resultado primario arroje un superávit de 48.260 millones de pesos en los primeros ocho meses del año que representa un 0,2 por ciento del PBI. Por su parte, el rojo financiero acumulado en el año fue de 379.867 millones, un 1,7 por ciento del producto.
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