La Comunicación "A" 6780 no aclaró la totalidad de las restricciones cambiarias. De momento, Irsa no pudo pagarles a sus inversores el vencimiento de una de sus obligaciones negociables.
El Banco Central estudia una nueva serie de aclaraciones para posibilitar a las empresas cancelar sus deudas con inversores en el extranjero, luego de que el caso del Grupo Irsa dejara a muchas empresas argentinas al borde del default técnico.
El 1º de septiembre, el Banco Central emitió la Comunicación "A" 6770 en la que, en resumidas cuentas, prohibió a las personas jurídicas -esencialmente empresas- comprar dólares para atesoramiento y las habilitó a comprar dólares para cancelar importaciones. En tanto que a las personas humanas, les limitó la compra de dólares a 10.000 por mes.
Diez días después, debió sacar la Comunicación "A" 6780 con un compendio de aclaraciones respecto de la operatoria y nuevas restricciones para el acceso minorista al mercado de cambios. Es que a raíz del "paraguas cambiario" -como lo denominó Guido Sandleris a este cepo parcial- se se creó una oportunidad de arbitraje entre las personas humanas que pueden comprar dólares al tipo de cambio oficial y las empresas que deben conseguirlo mediante operaciones en la Bolsa.
El problema para las grandes empresas llegó por partida doble cuando el último lunes Eduardo Elsztain, dueño del Grupo Irsa, depositó en la Caja de Valores los dólares necesarios para la cancelación de una serie de Obligaciones Negociables (ON)y la depositaria no pudo girar al exterior los billetes para que los cobraran los acreedorees.
Si antes del 9 del mes próximo, los dueños de las ON no cobraron los 95 millones de dólares, entonces Irsa entrará en default. Y no es la única empresa con vencimientos de deuda en el extranjero en estos días. En breve, el banco Hipotecario y Arcor, entre otras, seguirían por el mismo desfiladero.
Hasta el viernes, el Banco Central confiaba en que las empresas adquiriesen los dólares mediante operaciones de contado con liqui para girar los dólares al exterior. Sin embargo, el "contado con liqui" subió 8% y amplió su brecha al 30% respecto del tipo de cambio mayorista; y para las empresas que tenían sus dólares acá y no necesitan la adquisición de más moneda extranjera, el giro fue imposible. Tal fue el caso de Irsa.
Por eso ahora el Banco Central estudia nuevas aclaraciones para permitir el pago de deudas en el extranjero de forma tal que los únicos que no puedan resarcir a sus inversores internacionales sean los bancos.
Desde el organismo confirmaron que "de ninguna manera el control de cambios va a afectar a las empresas que tengan deudas por pagar". a agregaron que "se van a hacer los aclaraciones o ajustes necesarios en este sentido". Estos se darán a cononocer "en estos días", aseguraron.
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