miércoles, 13 de febrero de 2019

El Ejecutivo no convocará a extraordinarias y hasta marzo no habrá sesiones en el Congreso Nacional

El régimen macrifascista finalmente no convocará a sesiones extraordinarias. En un encuentro entre el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, y el senador peronista de derecha Miguel Angel Pichotto terminaron de sepultarse las ilusiones del oficialismo de adelantar la discusión de las leyes que busca aprobar. 


En el encuentro entre Frigerfio y Pichotto hubo un principio de acuerdo para avanzar en marzo con la ley antibarrabravas y con la de financiamiento político, que permite que las empresas aporten a la campaña. En la Rosada confían en que podrían tener ambas leyes aprobadas en abril, antes de que el año electoral borre toda posibilidad de que se voten.

De la reunión también participó el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien fue el primero en informar al régimen de que las extraordinarias eran inviables, o bien que los exponía a una derrota legislativa dado que ni siquiera era seguro que reunieran el quórum. Luego de ese informe de Monzó, la posibilidad de las extraordinarias se fue enfriando dentro del propio Ejecutivo, aunque el jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun Menéndez, las mantuvo en carpeta. Ayer se terminaron de enterrar en el almuerzo con Pichotto, que duró una hora y media. Estuvieron, además, los senadores Rodolfo Urtubey, Alfredo Luenzo y Carlos "Camau" Espínola. Algunos comieron salmón y otros, bife de costilla. 

"Ya estamos a mediados de febrero. De acá a la segunda semana de marzo vamos a trabajar en las leyes para darle sanción", indicaron desde la Rosada. Las dos normas a las que el macrifascismo busca darle prioridad son las que no consiguió aprobar en las extraordinarias de diciembre y tampoco podrá en febrero: la que pena a los barra bravas, muy discutida por su redacción en Diputados, por un lado, y por el otro el histórico proyecto que el régimen viene intentando aprobar desde 2016, la reforma del financiamiento de los partidos políticos. El punto central de esta última norma es que habilitará a las personas jurídicas (empresas) a aportar durante las campañas, cosa que hasta ahora está prohibida.

El macrifascismo enfrentó diversas denuncias por aportes de empresas contratistas del Estado, que fueron disimulados a través de empleados o socios. También por la aparición de aportantes truchos, personas que figuraban donando dinero en efectivo y luego se comprobó que no lo habían hecho. Entre las decenas de casos descubiertos, tanto por las investigaciones periodísticas como por las judiciales (que están siendo entorpecidas), había beneficiarios de programas sociales, pero también diversos dirigentes y ex candidatos del PRO, quienes desmintieron su condición de aportantes. En el oficialismo imaginan que con la reforma del financiamiento de las campañas electorales se librarán de nuevas denuncias. El proyecto también prevé la bancarización de todos los aportes, lo que obligará a la coalición gobernante a cambiar su lógica: en 2017, en la provincia de Buenos Aires cerca del 90 por ciento de los aportes fueron en efectivo. Y una parte de los que fueron bancarizados están bajo investigación judicial, dado que se hicieron todos juntos y en un mismo cajero del microcentro porteño.

Del encuentro con Pichotto, Frigerio y Monzó salieron optimistas. La idea es presentar la reforma primero en el Senado y luego atravesar el complejo camino de Diputados. "Los proyectos van a tener media sanción en marzo y los sacamos en abril", se entusiasmaban. Esto es, si no hay contratiempos: en diciembre lo que volteó las extraordinarias no fue un altercado con la oposición, sino la pelea con el radicalismo, que se mostró furioso cuando perdieron una banca en el Consejo de la Magistratura. 

Frigerio se ocupó de informar que no habrá extraordinarias al final del almuerzo con Pichotto. "Estuvimos revisando lo que van a ser los primeros días de las sesiones del Congreso, que empiezan el 1 de marzo, donde vamos a empezar a tratar temas importantes como la ley de financiamiento político y la ley de barras, para lo cual tenemos que trabajar en generar consensos para que esos proyectos se transformen en ley lo antes posible", indicó el ministro del Interior. Cuando le insistieron sobre si habría extraordinarias -algo que los voceros gubernamentales seguían considerando posible hasta hace poco-, remarcó que "estamos trabajando ya para la primera semana de marzo". Por su parte, Monzó confirmó que la prioridad estará puesta en esas dos leyes. "No va a haber extraordinarias", sintentizó el titular de la Cámara baja. 

En tanto, Pichotto descartó las extraordinarias porque "no había ningún tema de urgencia y hemos asumido el compromiso de debatir el tema de financiamiento que está en Senado, y el de barrabravas que está en Diputados"

"Vamos a convocar a la comisión de Asuntos Constitucionales para la segunda semana de marzo para dar revisión final al proyecto. El dictamen está muy trabajado. En tiempos sería conveniente marzo o abril para que funcione para esta campaña", sostuvo el sorete mal cagado.

Habrá que ver qué posición termina asumiendo Elisa Carrió, que a fines del año pasado manifestó públicamente su oposición a permitir que las empresas puedan financiar campañas.

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