Tras la fallida inauguración del aeropuerto de El Palomar, los vecinos agrupados en el colectivo Stop Flybondi festejaron que la tormenta dejó en evidencia la falta de seguridad del predio. También denunciaron que en la escuela Emaus, que está a 500 metros de la pista, el Ministerio de Transporte brindó información "por si se cae una avión".
Antes de que la lluvia se encargara de cancelar la inauguración del aeropuerto de El Palomar, los vecinos se convocaron hasta las puertas de la pistas de aterrizaje para realizar una vigilia pacífica. Con un gran cartel que decía “No al aeropuerto trucho”, representantes de San Martín, La Matanza, Hurlingham, Tres de Febrero y Morón denunciaron que el nuevo aeropuerto no cumple con los estándares de seguridad y pone en riesgo el sitio de memoria que funciona en la base área militar. También advirtieron que traerá graves consecuencias ambientales y sanitarias para los vecinos de la zona. En una escuela ubicada a 500 metros de la pista de aterrizaje, y a la que asisten 3.000 chicos, el régimen macrifascista informó el protocolo “por si se cae un avión”.
“La lluvia fue nuestra victoria. La medida cautelar para impedir el inicio de los vuelos que la Justicia y los jueces no se animaron a sancionar, nos la dio el clima. La naturaleza se puso de nuestro lado”, festejó Lucas Marisi, abogado que representa a la agrupación Stop Flybondi. Un poco en broma y un poco en serio, Marisi calificó la tormenta como un “acto de justicia natural” que anuló el inicio de las actividades del nuevo aeropuerto. “Quedó demostrado que El Palomar no está en condiciones de operar. No fue un tornado, sólo fue una lluvia y el avión no pudo aterrizar”, afirmó Marisi.
El abogado remarcó que la lluvia de ayer a la mañana, que obligó a desviar el avión de la low cost a Ezeiza, también pasó por agua otro de los argumentos que el régimen macrifascista usó para autorizar el aeropuerto comercial en la base área. “Decían que en Ezeiza y Aeroparque no había más lugar y quedó demostrado que lo hay. Lo que no hay son ganas de pagar las tasas de los verdaderos aeropuertos que cumplen con las normas de seguridad”, remarcó Marisi, que agregó que ese ahorro del 70 por ciento lo pagarán los vecinos “con su salud y el riesgo de vida de los pasajeros”.
Tras el amparo presentado por los vecinos, la Justicia impuso un límite de tres aterrizajes o despegues por día, cuando la empresa tenía la expectativa de programar salidas y arribos cada 30 minutos, y extendió un permiso precario por seis meses. Desde Stop Flybondi anticiparon que van a impugnar el informe ambiental que presentó el aeropuerto por considerarlo “fraudulento”.
En uno de los anexos del informe ambiental presentado por Aeropuertos Argentina 2000 se detallan las explicaciones que dieron las autoridades frente a los reclamos de las escuelas lindantes al predio. En una reunión en el Colegio Emaús, ubicado a 500 metros de la pista de aterrizaje y al que asisten 3.000 chicos, autoridades del Ministerio de Transporte de la Nación respondieron a los reclamos por el ruido de los aviones, el tráfico que se generaría y el impacto ambiental.
La respuesta fue insólita. Según consta en el Anexo 6 del informe presentado ante la Justicia, dentro de los protocolos informados por las autoridades se incluyó “el riesgo por si se cae un avión”.
“Se explicó cada punto planteado, como si se cae un avión, el ruido que estos generan, posibles medidas de mitigación, combustible que desechan los aviones, etc”, dice el escrito presentado en la causa.
“El propio Gobierno reconoció que puede caerse un avión sobre una escuela a la que asisten más de 3.000 chicos, es una locura”, planteó Marisi sobre el documento que despertó la alarma de los vecinos y advirtió que seguirán insistiendo en la Justicia.
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