Un estudio de la Universidad de Avellaneda publicado ayer reveló que de la mano de Mugrizio Macri Blanco Villegas, Argentina fue el país que más poder de compra perdió en la región.
La Universidad de Avellaneda (UNDAV) publicó ayer un informe en el que siguió la evolución del salario mínimo vital y móvil (SMVM) entre 2015 y 2017 y observó que el poder de compra de este salario se redujo 6,1% en los primeros dos años de la gestión cambiemos.
Así, Argentina lideró la pérdida de poder adquisitivo por encima de Paraguay, que registró una baja de 4,7% en la capacidad de compra de su salario mínimo; de Brasil, cuyo retroceso fue de 3,4% en el bienio; y de Perú, que bajó 1%. Esto obedeció a un fuerte deterioro en 2016 y una parcial recuperación en casi todos los casos, salvo el paraguayo. Por el contrario, en Bolivia el poder adquisitivo creció 8,2%; en Chile 6,2% y en Uruguay, 4,9% entre 2015 y 2017, aunque en el último país hubo un retroceso en 2017.
"Por otro lado, al comparar el salario mínimo en moneda dura, se encuentra un panorama similar. Por caso, con una merma de medio punto porcentual (-0,5%) en dólares, nuestro país se encuentra en la segunda posición en terreno negativo, sólo por detrás de Brasil, cuyo ingreso mínimo en dólares sufrió un deterioro del 1,3%", detalló el informe al comparar 2017 con 2015.
Particularmente en el caso argentino, "el proceso de deterioro del poder adquisitivo en los últimos dos años tuvo su raíz en el incremento sostenido en el nivel de precios, con un desacople muy marcado respecto de la variación en los ingresos en el año 2017. El año pasado, por su parte, el establecimiento de cláusulas gatillo en los principales convenios colectivos permitió frenar el proceso de deterioro, aunque la enorme porción de las ramas de actividad no han logrado recuperar la caída de salarios reales producida en 2016", explicó el documento del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV.
Para ejemplificarlo, el estudio compara las cantidades de determinados bienes de la canasta básica que podían comprarse en 2015 y el 2017 en los que se evidencia la pérdida de poder adquisitivo. Por ejemplo, con el salario mínimo pueden comprarse 7,4% menos litros de leche y 7% menos kilos de carne.
El coordinador del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda, Santiago Fraschina, explicó que "el salario mínimo tiene más incidencia en el universo de los trabajadores en negro que en el de los trabajadores registrados e impacta también en el poder adquisitivo de los jubilados. Por ende, es clave para entender lo que sucede con la distribución del ingreso".
En este sentido, el economista destacó el dato de CAME de enero que "muestra que se vuelve a deterior al consumo, como así otros estudios dan cuenta del cambio en las pautas de consumo, como que se consumen menos lácteos, se venden más segundas marcas y las familias se vuelcan al consumo de no perecederos en mayoristas".
De cara a 2018, pese a la recuperación parcial del poder de compra del salario mínimo de 2017 (1,2%), en la UNDAV descreen que este año siga en ese sentido. Por el contrario, "por tratarse de un año electoral y porque la inflación va a estar más cerca del 25% -como dicen muchas consultoras- que del 15% que propone el Gobierno como techo para las paritarias, vemos que se va a profundizar la caída del poder adquisitivo, ya que la inflación le va a ganar al salario mínimo. La devaluación de este año, que ya fue del 5% en enero, repercute directamente en rubros claves como Alimentos y bebidas y Medicamentos", explicó Fraschina.
En enero, el SMVM subió 7,2% y para el resto del año está pautado un aumento del 5,3%, frente a una inflación esperada del orden del 19,4% según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central.
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