El ex hijastro de Flavia Palmiero admite que lo desinformaron sobre sus chances de reelección y avizora un panorama difícil para diciembre.
Miauricio Macri Blanco Villegas siente que lo engañaron sus propios asesores sobre las chances reales que tiene de conseguir su reelección, que quedaron en serio peligro luego de la derrota por 15 puntos en las primarias.
"Hemos sido engañados", reconoció el retrasado mental esta semana. El hijo bobo de Franco Macri siempre confió a ciegas en Marcos Peña Braun Menéndez y Jaime Durán Barba, que hicieron un culto de las encuestas para moldear al líder del PRO.
El sector del jefe de Gabinete y del sorete ecuatoriano quedó cuestionado como nunca antes en el interior del macrifascismo luego de la derrota por un margen inesperado contra Alberto Fernández. Las encuestas que manejaba el régimen hasta el mismo día de la elección mostraban a un Macri Blanco Villegas competitivo y en algunos casos incluso cerca de una victoria.
La salida de Durán Barba, que fue echado del búnker en la noche de las Paso por Elisa Carrió y el paso a un segundo plano de Peña Braun Menéndez, diluido en una nueva "mesa política", confirman la decepción del idiota confeso, quien sin embargo está decidido a mantener al jefe de gabinete hasta el fin de su mandato.
El ex hijastro de Flavia Palmiero avizora además un panorama complicado para él y sus funcionarios para luego de diciembre. "Va a estar difícil", admite el infeliz en la intimidad.
El kirchnerismo planea investigar a fondo la gestión del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. Pero Macri Blanco Villegas y su hermano del alma, el empresario Nicolás "Nicky" Caputo, son los blancos principales para luego de diciembre si la fórmula Fernández-Fernández se imponen en las elecciones generales de octubre.
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