Este año la economía debía crecer 1,5 por ciento y la inflación debía ser del 17 por ciento, según las pautas del stand by. El crédito financió la fuga.
Miauricio Macri Blanco Villegas y Roberto Cardarelli, enviado del FMI |
El FMI todavía no terminó de desembolsar el préstamo más grande de su historia en Argentina y desde el Ministerio de Hacienda ya anunciaron que buscarán “reperfilar” los vencimientos con el organismo. Mientras tanto, el directorio del Fondo analiza si valida el próximo tramo por 5400 millones de dólares, originalmente previsto para mediados de septiembre.
En este contexto, la Universidad de Avellaneda (UNDAV) realizó un informe en el que analiza la debacle de las variables macroeconómicas desde que se firmó el stand by, en junio de 2018, y compara las proyecciones del entendimiento con lo que finalmente ocurrió. Para 2019, el acuerdo estimaba que el PBI crecería 1,5 por ciento y la inflación sería del 17 por ciento anual. Sin embargo, ahora se espera que la actividad caiga 2,5 por ciento y que la suba de precios alcance el 55 por ciento. La carta de intención con el FMI fue firmada por dos funcionarios que ya no se encuentran en sus cargos: Nicolás Dujovne, ex ministro de Hacienda, y Federico Sturzenegger, ex presidente del Banco Central.
Desde el Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV explicaron por qué las proyecciones fueron tan distintas a la dinámica real de la economía: “El Fondo equivocó desde un comienzo el foco de los principales problemas que aquejan a la Argentina. Hicieron hincapié en la necesidad de achicar el gasto público, cuando en realidad los problemas que afectan al país radican primordialmente en los desbalances externos”. En ese sentido, afirman que al haber utilizado los fondos para financiar la fuga de capitales, “Argentina no hizo más que agudizar sus problemas externos”.
Pronósticos fallidos
Las proyecciones del FMI estimaban una variación del tipo de cambio real de 3,9 por ciento para este año. Será del 26,9 por ciento, si se toma el dólar Rofex que se negocia para diciembre y se lo deflacta por una tasa de inflación interanual del 55 por ciento.
En la carta de intención firmada en junio del año pasado se esperaba una inflación interanual para fin de año del 17 por ciento, mientras que consultoras privadas esperan al menos 55 por ciento. “La reciente suba de la tasa de cambio estimulará un nuevo impulso inflacionario en los meses que restan para que finalice el corriente año”, explica el informe.
La tasa de interés estimada en el acuerdo con el FMI para fines de 2019 se ubicaba en 22,5 por ciento, cuando a principios de septiembre ya se ubica en 85 ciento. “La contrapartida de la intensa salida de divisas durante los últimos meses fue la convalidación por parte del BCRA de una tasa de interés elevada para evitar que los bancos privados dolaricen sus carteras”, agrega el documento.
En cuanto a la actividad económica, se esperaba que creciera este año 1,5 por ciento. En la cuarta revisión del acuerdo desde el FMI adelantaron que caerá como mínimo 1,3 por ciento en moneda constante.
Lo mismo ocurrió con otros indicadores económicos. La desocupación estaba estimada en 8,6 por ciento para fines de este año, y en el último dato dado a conocer por el INDEC ya alcanzó los dos dígitos y llegó al 10,1 por ciento.
Deuda para la fuga
Por cada 10 dólares que entraron provenientes del FMI en el último año, 8 se fugaron en concepto de Formación de Activos Externos y salida de Capitales Golondrina. Así se desprende del análisis de la UNDAV. En todos los desembolsos, el FMI le lleva prestado a la Argentina 44.867 millones de dólares. “Si se compara este monto con algunas cifras provenientes del Informe Cambiario del BCRA, se nota que gran parte de este desembolso queda solapado parcialmente por la magnitud de algunas salidas de divisas que se dieron durante el mismo período”, detalla el informe. En la Cuenta Financiera, se percibe que las salidas de divisas en concepto de "fuga" (Formación de Activos Externos), totalizan unos 27.460 millones de dólares. Las salidas de divisas provenientes de la cuenta "Inversiones de Cartera" llegaron a 9.180 millones de dólares.
Si se analiza la Cuenta Corriente, los desbalances son notorios. Durante el lapso junio de 2018-julio 2019, la Cuenta Corriente mantuvo un saldo negativo de 451 millones de dólares. La entrada de dólares por el comercio de bienes (20.279 millones) se vio opacada por las salidas de divisas por los siguientes conceptos: comercio de servicios (-7.553 millones), intereses (-12.217 millones) y utilidades y dividendos (-1.313 millones).
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