Se estima que mañana llegará a Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte. Lo califican como el peor huracán de la historia de Bahamas. Creen que no tocará Florida.
El poderoso huracán Dorian, que ya alcanzó la categoría 5 -la más alta de la escala Saffir Simpson-, azotó las Bahamas ayer con vientos cercanos a los 300 km/h.
Según informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC), que alarmó sobre las "condiciones catastróficas" en el noroeste del archipiélago, el Dorian tocó tierra en Elbow Cay, parte de las islas Ábaco en las Bahamas, a las 12.40 hora local.
Se espera que la tormenta permanezca este lunes sobre Bahamas, arrojando hasta 60 cm de lluvia y provocando olas de 3 a 4,5 metros de altura. A partir de mañana, los pronósticos indican que el ojo del Dorian virará con dirección noroeste hacia la costa de los estados de Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte.
El Dorian, aseguró el NHC, se ha convertido en el "huracán más violento de la historia moderna en el noroeste de Bahamas" y ha generado “una situación extremadamente peligrosa", admitió Ken Graham, titular del organismo, quien instó a los residentes a cumplir con las medidas de seguridad de las autoridades locales.
El primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, afirmó ayer que su país se enfrenta, con la llegada de Dorian, a un huracán "como no habíamos visto nunca en la historia de las Bahamas".
"Probablemente sea el día más triste de mi vida", admitió el funcionario, entre lágrimas, durante una conferencia de prensa en la que pidió a la población que se refugie lo más rápidamente posible.
Los habitantes de este archipiélago de 700 islotes -ubicados entre Florida, Cuba y Haití- viven la situación con mucho temor. "La gente todavía está traumatizada por el huracán Matthew (en 2016), pero este es aún peor", dijo Yasmin Rigby, residente de Freeport, principal ciudad de la isla. "Los vientos comienzan a crecer un poco", agregó Lucy Worboys, residente Nassau, al tiempo que admitió que la población está preocupada por el aumento del agua porque "todo es muy plano en las Bahamas".
Después de su paso por Bahamas, que ha provocado una "destrucción extrema en las áreas afectadas", se espera que el huracán -que inicialmente debía golpear las costas de Florida pero se desvió- se dirija hacia los estados de Georgia, Carolina del Sur y Carolina del Norte. Sin embargo, es difícil predecir con qué intensidad golpeará a esos estados tras su cambio de trayectoria.
"Se está moviendo y es muy difícil de predecir", advirtió el presidente Donald Trump, quien pidió la máxima vigilancia contra este huracán "muy, muy poderoso".
El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, declaró emergencia en el estado. "La fuerza y la imprevisibilidad de la tormenta nos obliga a estar preparados ante todos los escenarios", señaló. El estado de emergencia ya se había declarado en Florida y en una docena de condados en el estado de Georgia. Esta medida permite movilizar mejor los servicios públicos del Estado y recurrir, si es necesario, a la ayuda federal.
Aunque las previsiones sacaron de la zona de riesgo directo a buena parte de la costa sureste de Florida, sus residentes se mantienen cautelosos y las autoridades continúan distribuyendo sacos de arena para combatir las inundaciones. Por precaución, en el estado permanecerán 12.000 soldados y se cerrará durante la mañana del lunes el aeropuerto de Orlando. El gobernador republicano de Florida, Ron de Santis, instó a la gente a "mantenerse alerta".
"Estoy en guardia porque todavía puede evolucionar. En las 12 o 24 horas antes de que el huracán llegue a la costa, todo puede cambiar", dijo David Duque, un vecino de 30 años. "Vivo en Florida desde hace 15 años, mejor prepararme que esperar sin hacer nada", agregó. Para los habitantes de Florida, la principal amenaza son las inundaciones. Con una topografía muy plana, la costa está particularmente amenazada por el aumento del agua.
El cónsul argentino en Miami, Leandro Fernández Suárez, aseguróayer que "la situación (en la ciudad) es más tranquila que en días pasados", después de que se modificaran los pronósticos sobre la trayectoria del huracán Dorian, que "no tocaría las costas de la Florida sino que se desviaría hacia el norte".
No obstante, Fernández Suárez contó que tanto a nivel de la ciudad como del estado "se han tomado las medidas necesarias para programar cualquier incidencia que pudiera tener el huracán", dado que "la trayectoria va cambiando permanentemente y hay que estar en alerta".
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