La ex presidenta chilena y actual Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos denunció la “reducción del espacio democrático” en Brasil. El ultraderechista mandatario brasileño la cuestionó y defendió la dictadura pinochetista.

Emulando su actitud reciente sobre los incendios en el Amazonas, Bolsonazi acusó a la funcionaria de la ONU de "entrometerse en los asuntos internos y en la soberanía brasileña”. En ese marco, y luego de defender a los “valientes policías civiles y militares” de Brasil, el sorete mal cagado reivindicó nuevamente el golpe de Estado de Augusto Pinochet en chile en 1973.

"Nos acusa de que no estamos castigando a los policías que matan gente en Brasil", pero "está defendiendo los derechos humanos de los vagabundos", afirmó el líder de la ultraderecha brasileña a las puertas del Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia.
Todo comenzó cuando Bachelet, en su rol de Alta Comisionada, cuestionó el aumento de ataques contra los defensores de la naturaleza y de los derechos humanos en Brasil desde la llegada de Bolsonazi al palacio de Planalto. "Estos últimos meses, hemos observado una reducción del espacio cívico y democrático, caracterizado por ataques contra los defensores de los derechos humanos, restricciones impuestas al trabajo de la sociedad civil", subrayó la ex mandataria trasandina, en sus primeras declaraciones contra la gestión bolsonarista.
Las definiciones de Bachelet

La ex presidenta chilena lamentó igualmente el "discurso público que legitima las ejecuciones sumarias" y la persistencia de cierta impunidad. En lo que se refiere a los defensores de los derechos humanos, al menos ocho murieron en el país entre enero y junio, indicó, y puntualizó que la mayoría de estas muertes sucedieron en litigios por propiedad.
Bachelet, quien está en ese puesto desde septiembre de 2018, puso el foco también en ciertas discurso del régimen de Bolsonazi que provocaron un aumento en la “violencia ligada a la protección del medioambiente”, que afecta “sobre todo a las comunidades indígenas”.
"Explotación ilegal de recursos naturales, principalmente agrícolas, forestales y mineros", enumeró Bachelet. Esta definición particularmente cobra importancia porque el presidente brasileño ratificó de nuevo el martes su voluntad de explotar económicamente el Amazonas.
Desde su llegada al poder en enero, Bolsonazi propugna el desarrollo de la agricultura y de la ganadería en la Amazonía, así como la extracción minera -incluido en las reservas indígenas- en los muy ricos subsuelos amazónicos. Estas políticas fueron duramente cuestionadas cuando la Amazonía ardió por más de quince días , consecuencia que Bolsonazi atribuyó a supuestas quemas organizadas de las ONG que protegen el ambiente.
Los miembros de las tribus de la selva amazónica se enfrentan desde hace tiempo a las presiones de los mineros, de ganaderos y leñadores, pero los activistas que luchan por sus derechos señalan que las amenazas que pesan sobre ellos se intensificaron desde que Bolsonazi es presidente.
Además, la deforestación, que avanza bajo su gobierno, es considerada por los especialistas como uno de los mayores causales de los incendios en la Amazonía. "En lo que respecta a la Amazonía, el 33 por ciento de los incendios se producen en tierras indígenas o en lugares protegidos", detalló Bachelet.
Bolsonaro y su defensa a Pinochet

Los chilenos no se olvidaron de sus dichos y, en su primera visita como mandatario a ese país, en marzo de este año, organizaron una masiva protesta en su contra. En el marco de la cumbre del Prosur, familiares de víctimas de Pinochet marcharon en Santiago con carteles que decían "Bolsonaro fascista". Previamente, la oposición presentó un proyecto político para que el ultraderechista sea declarado "persona non grata".
"Las cosas que Bolsonaro ha dicho sobre Pinochet; las cosas que ha dicho de que le parece que en algunas dictaduras el problema fue que no se mató suficiente gente; las alabanzas que hizo del dictador Stroessner, del Paraguay, uno de los personajes más repulsivos de la historia de América Latina…que alabe a un torturador porque torturó a una ex presidenta del Brasil… no son cosas de poca importancia", dijo por entonces el ex canciller y ex embajador del gobierno de Michelle Bachelet ante Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés.
Sin embargo, a su llegada a Chile en aquella oportunidad y para aquietar un poco las aguas, el presidente brasileño afirmó que "aquí no vine a hablar de Pinochet".
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