viernes, 6 de septiembre de 2019

Macri Blanco Villegas retomó la campaña en Córdoba: "La elección no sucedió"

En medio de la crisis económica que sume a millones de argentinos en la pobreza y el hambre, el ex hijastro de Flavia Palmiero se mostró con Mestre y Negri. El "neutral" Schiaretti le hizo "oooossssooooo" y armó un viaje para esquivar la foto con el retrasado mental.


"La elección no sucedió". Con esa idea, Miauricio Macri Blanco Villegas retomó ayer la campaña electoral en Córdoba, uno de los dos únicos distritos en los que se impuso en las primarias. Aunque esta vez el subnormal empezó a sentir el frío de la derrota: el Juan Schiaretti, que supo recibirlo con honores, esta vez armó una recorrida por el interior y lo esquivó.

En medio de las turbulencias económicas, el hijo bobo de Franco Macri dio inicio a las recorridas de campaña (que se inicia formalmente el sábado) para las elecciones generales de octubre, una tarea que hasta ahora parecía acotada a su candidato a vicepresidente, el rastrero Miguel Pichotto.

Macri Blanco Villegas encabezó un acto junto a Ramón Mestre y Mario Negri, y al inicio de su breve discurso hizo casi un pedido de disculpas por haber vuelto a la campaña. "Todos sabemos que después de las PASO hemos tenido una nueva incertidumbre política y económica, con lo cual estoy muy focalizado en mi responsabilidad de volver a estabilizar la economía y llevar alivio a todos los argentinos", dijo, pero aclaró que quiso hacer "una escapada".

Aunque ya sin el tono de los encendidos discursos de la campaña previa a las PASO, el idiota confeso se entusiasmó con el aliento de sus seguidores y al final arengó: "Vamos con fuerza y claro que se puede"

“Estamos convencidos de que la elección no sucedió y estamos con toda la energía para ir al balotaje”, dijo al llegar a Córdoba, la única provincia donde el oficialismo sacó más votos en los comicios nacionales que él consideró inexistentes.

Durante una breve rueda de prensa, y tal como lo hizo desde que su binomio con Miguel Ángel Pichotto cayó derrotado por 47,7 a 31,7 por ciento frente a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández Kirchner, el nabo insistió con que “el problema” de la debacle financiera no fue su política económica sino unas elecciones democráticas.

“Lamentablemente, las PASO generaron una disrupción económica y alteraron todo el proceso”, sostuvo el sorete mal cagado, quien con una retórica negadora insistió que el “este proceso electoral" fue el que "dañó" a los argentinos.

También hizo una particular lectura de la crisis al sostener que el problema del derrumbe financiero es que hay “más dólares” y no la falta de ellos para sostener la moneda nacional: “Esperemos que lo que pasó después de las PASO no afecte más, porque más dólares y más inflación es más problemas para los argentinos” (SIC).

Luego expresó que su tarea “es llevar estabilidad económica, llevar tranquilidad” y se esperanzó en “revertir el panorama” actual. También dijo que el régimen está “en diálogo abierto y permanente” con la oposición y auguró que el FMI cumplirá con la promesa de su próximo desembolso. “Esperamos que sí porque hemos cumplido todo”, dijo.

También reconoció la crisis social. “Sé que hay gente que no la está pasando bien y estamos cerca, estamos cerca, estamos cerca, estamos cerca atendiendo todas las necesidades”, afirmó.


El dato notorio de la nueva visita del infeliz a Córdoba es que esta vez Schiaretti se encargó de esquivar la foto. Aunque se trataba de una visita oficial a la provincia, el gobernador se excusó de recibirlo porque tenía planeada una visita a la localidad de Las Varillas, a 170 kilómetros de la capital.

"El Gringo" mandó en su reemplazo al presidente de la Legislatura provincial, Oscar González, que recibió al pelotudo en el aeropuerto y después participó del acto con los radicales.

El gobernador había quedado en la mira de parte del peronismo cordobés porque en una de las últimas visitas de Macri Blanco Villegas a la provincia lo había agasajado con una cena, muy lejos del tono protocolar que le dio al encuentro con Alberto Fernández, a quien respalda una parte importante del PJ. 

El triunfo de Alberto acentuó el aislamiento de Schiaretti, el único gobernador peronista que no apoya al candidato del Frente de Todos. El mes pasado mantuvieron una conversación telefónica y hablaron de reunirse, pero el encuentro no se concretó. El cordobés le habría reiterado que no se expresaría a su favor.

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