“No es que tuviera la bola de cristal, pero veía el monto de la deuda y me daba cuenta de que no iba a haber más crédito”, expresó el juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos durante su análisis de la crisis del dólar, las infructuosas medidas para contener la corrida y la decisión de recurrir al FMI en busca de auxilio.
Raúl Zaffaroni se refirió ayer en duros términos al presente de la Argentina. El jurista opinó que la crisis del dólar se dio “a la velocidad de la luz” y que pensaba que iba a pasar más tiempo hasta que se complicara el frente económico.
“No es que tuviera la bola de cristal, pero veía el monto de la deuda y me daba cuenta que no iba a haber más crédito. Ojalá me hubiera equivocado”.
Para el ex ministro de la Corte Suprema, esto se dio por “incapacidad” y recordó que las anteriores crisis de deuda fueron procesos que “demoraron más tiempo, en 2001 teníamos una deuda semejante pero acumulada en 25 años, esto se acumuló en dos años”.
En ese sentido, criticó a la administración de la alianza de derecha Cambiemos. “No son políticos, no les importa el costo político”, en relación a un posible veto presidencial respecto de retrotraer el precio de las tarifas y los definió como “representantes de distintos intereses, cada uno tira para su lado buscando sacar el mayor provecho posible”. A su vez consideró que no se trata de un gobierno neoliberal “por más que tengan ese discurso”. Irónico, expresó que “si los viera Adam Smith, se horroriza”, y afirmó que “expresan un conjunto de intereses incompatibles que hasta cierto punto se aliaron coyunturalmente”. Recordó que esa alianza fue “para acabar con la Justicia y con un gobierno y tomar el poder”.
Ante el panorama actual, estimó que el régimen macrifascista “paga su contribución de manera irresponsable” a sectores como “los bancos y los exportadores” y que en ese contexto “viene el caos”, con “críticas de ortodoxos y heterodoxos”. También planteó sus dudas por el acuerdo con el Fondo: “no sé si les darán los 30 mil millones que piden, es un crédito para países en quiebra, con mayores condicionamientos, y ni siquiera es al contado”. Opinó que “el capital especulativo comprará los dólares y se irá”.
Por otra parte, se refirió a la injerencia del régimen en el dólar futuro, por el cual se accionó judicialmente contra Cristina Fernández de Kirchner, Axel Kicillof y Alejandro Vanoli. “Es un mercado con operaciones corrientes, no hay nada extraordinario”, sostuvo y recordó que “el gobierno actual liberó el dólar y no sé si eso no constituyó un delito para aprovechar información privilegiada”.
Respecto de la intromisión del Poder Ejecutivo en la Justicia, el hoy juez de la Corte Interamericana consideró que es “inédito” y que “nunca vi que se persiga jueces por sus sentencias, ni en dictadura”, en alusión a los camaristas Jorge Ballestero y Eduardo Farah, que dieron la libertad a Cristóbal López y Fabián de Souza.
“La corrupción siempre viene de los gobiernos populares, por eso tienen que venir los empresarios, porque al capital financiero se lo ve virgen moralmente”, manifestó Zaffaroni sobre un fenómeno “que pasa en el mundo” y que tiene en Cambiemos a “la versión vernácula”, con una característica: “su originalidad de aquí es el caos que generaron”.
Asimismo, volvió a insistir con su idea de que “el modelo no cierra sin represión”, aunque remarcó que “pensaba que esto iba a ser más lento” y que de momento “no hay una reacción que pueda generar violencia”; si bien opinó que “hay temor de salir a la calle” y que ese temor está “justificado” por la figura de Patricia Bullrich Luro Pueyrredón. “Preferiría alguien coherente al frente de las fuerzas policiales”, dijo sobre la beoda ministra de Seguridad, de quien opinó que sus declaraciones “no son nada tranquilizantes”.
Al respecto, calificó al actual como “un estado de derecho deteriorado”, en el que hay “presos políticos, censura, medios y periodistas perseguidos y el principal partido opositor intervenido”. En esa línea, opinó que “los pibes de hoy no saben” de represiones como las de otras épocas y que hay que tratar de evitar “provocaciones” y que “no se arriesguen inútilmente”.
Zaffaroni cerró con el recuerdo de las cuestiones violentas en anteriores crisis económicas: “en el 82, para disimular el descalabro tuvimos Malvinas, y en 2001 los 30 muertos de la represión, evitemos eso, una crisis se arregla, la muerte, no”.
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