La cartera de Nicolás Dujovne mostró por décimo mes consecutivo un crecimiento de los recursos por encima de los gastos en más de 5 puntos y avanza en la búsqueda del cumplimiento de la nueva meta del déficit fiscal del 2,7%.
Sin embargo, como el propio ministro anunció, este año habrá "más inflación y menos crecimiento", lo que demandará una baja más abrupta del rojo fiscal para poder cumplir las estimaciones previstas.
Los cálculos del Ministerio fueron realizados con una previsión del crecimiento del producto del 3,5%, tal como lo refleja el presupuesto de este año. Pero, hoy en día, tras la crisis cambiaria que derivó en una fuerte devaluación y un aumento de las tasas de interés, no hay ningún especialista que ratifique esos números.
Las estimaciones más optimistas ubican la variación del nivel de actividad alrededor de un punto por debajo de lo presupuestado, mientras que los cálculos más recientes de algunas consultoras ya hablan de un escenario de receflación, es decir, caída del PBI con inflación.
Es que tras las últimas semanas donde la suba del dólar y la aceleración de la inflación indicaron una caída del consumo, el recorte de la obra pública anunciado por el Gobierno sumado a las objeciones del FMI respecto al PPP, darían un golpe letal a la construcción, sector estrella de la economía de Macri que explicó gran parte del crecimiento. De esta manera, con una economía más chica los rojos fiscales representarían un porcentaje más alto del PBI.
Aun así, los números reflejados por Dujovne no dejan de ser positivos. El déficit fiscal primario bajó 44,6% en abril y en el primer cuatrimestre disminuyó 31,1% en relación con igual período de 2017.
El resultado surge de una suba del 20,9% de los ingresos en abril contra un 14,1% de los gastos. "Este alza se explicó en más de un 80% por el IVA (33,9%), Créditos y débitos (65,8%) y aportes y contribuciones a la Seguridad Social (25,9%)", destacó el comunicado de Hacienda. Al ser impuestos ligados a la actividad económica y el empleo, es probable que el menor crecimiento que se prevé de cara a los próximos meses afecten su evolución futura.
Por el lado de los gastos primarios, la mayor disminución anual se vio en los subsidios económicos (-17,6%), el déficit operativo de empresas públicas (-96%) y los gastos en vivienda (-42,6%). A su vez, las transferencias a las provincias se vieron recortadas en términos reales, ya que aumentaron sólo un 10,5%, muy por debajo de la inflación.
En cuanto al pago de intereses de la deuda pública, si bien tuvo un incremento de 9,1% interanual, registra una desaceleración respecto al comportamiento de los últimos meses. Tal es así, que mientras que en el primer trimestre los mismos aumentaron más de un 100%, si se suma el mes de abril a estos primeros tres meses, la variación interanual se reduce a un 57%.
En consecuencia, el déficit financiero restando el pago de estos intereses deja un rojo de $43.459 millones, un 11,3% más bajo que el observado en abril de 2017. No obstante, tomando todo el primer cuatrimestre este número se eleva en un 12,8%.
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