Tres dirigentes de la CGT se pronunciaron, por separado, acerca de la crisis económica, política y social que atraviesa el país y confirmaron que la central obrera se encuentra en estado de alerta.
El primero de ellos fue el titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, quien manifestó la preocupación del sindicalismo por la decisión del régimen fascista de recurrir, una vez más, a un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) e insistió con que Mugrizio Macri Blanco Villegas debe convocar a una concertación.
Fernández agregó que "para quienes estamos en la CGT volver al Fondo nos preocupa porque nos parece que volvemos a pagar la fiesta de los especuladores de adentro y afuera, que se divierten a costa de la costa de situación económica que afecta mayormente a los desempleados y a los trabajadores".
En declaraciones a la agencia oficial Télam, Fernández reclamó, en nombre de la CGT, "que el gobierno nacional nos convoque, nos diga la verdad y cuán grave es la situación económica y financiera para que hayan tenido que pedir auxilio al FMI, y cómo salimos de esto".
Tras insistir en que "si no tenemos políticas de Estado en la economía y la educación, no veo soluciones a corto ni a mediano plazo", precisó el dirigente de la UTA, quien denunció que en la Argentina "no tenemos inversores sino ‘jugadores’ a los que les interesa mantener sus ingresos con la famosa timba financiera".
Fernández advirtió, por último, que en septiembre deberán aplicarse las cláusulas de revisión de las paritarias, “ya que el famoso 15 por ciento de techo quedó totalmente desactualizado".
El titular de la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN), Andrés Rodríguez, por su parte, reconoció que la central obrera "no ha debatido" todavía la propuesta de realizar un paro general en caso de que el Poder Ejecutivo vete la ley que retrotrae las tarifas de servicios públicos a noviembre de 2017 aunque confirmó que la CGT se encuentra en estado de alerta ante lo que definió como "una situación socio-laboral muy delicada (…) agravada con la crisis económica".
Respecto del FMI, Rodríguez recordó que la CGT repudió el inicio de las negociaciones con el organismo y que el movimiento sindical "está en las antípodas" de los condicionamientos habituales que impone a sus acreedores, "ajuste, flexibilización laboral y otras fórmulas".
En tanto, Rodolfo Daer, secretario de Industria y Producción de la CGT, a través de un comunicado, resaltó que "los aumentos de las tarifas de los servicios públicos y de los impuestos, la estrepitosa caída del consumo masivo y la apertura de las importaciones de bienes manufacturados afecta de forma profunda el desarrollo industrial y genera aumento del desempleo y pérdida adquisitiva".
El titular del Sindicato Trabajadores Industrias de la Alimentación (STIA) afirmó que “se impone modificar de forma urgente la línea de las actuales políticas económicas, porque generan déficit y significan un retroceso esencial”.
“El diálogo y la búsqueda de consensos entre todos los sectores es la respuesta para proteger a la industria nacional, sobrellevar la crisis económica y resguardar la vida de los argentinos", concluyó Daer.
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