viernes, 11 de mayo de 2018

En su nuevo documental, "Pino" Solanas denuncia con pruebas que nos envenenan la comida

El cienasta estrenó "Viaje a los pueblos fumigados", documental en el que subraya el peligro de los agrotóxicos para la salud de los argentinos.


Este año se cumple medio siglo del estreno de "La hora de los hornos", obra fundacional del cine documental político argentino, dirigido por Fernando "Pino" Solanas, quien hoy, a sus 82 años, presenta un trabajo que pone el dedo en una de las llagas más dolorosas (aunque silenciosas) de la vida cotidiana argentina: la comida que consumimos.

Las frutas y verduras que brillan en las góndolas de los supermercados, que aparecen lustrosas en los avisos de los diarios del fin de semana, portan en realidad una carga de veneno que no hay pasada por debajo de la canilla que lo saque. El dato lo da una de las científicas que presta testimonio en Viaje a los pueblos fumigados, el film que el realizador presentó en el Bafici, que fue ovacionado en Berlín, que en estos días da a conocer en Cannes y que puede verse por estos días en los cines argentinos.

Y Solanas, acostumbrado a ponerle el cuerpo a sus infinitas batallas políticas y cinematográficas (que le valieron exilios, prohibiciones, atentados y falsas denuncias) aquí lo hace detrás y delante de cámara. El director recorre las zonas más castigadas por la fumigación tóxica y habla con las víctimas.

Docentes de precarias escuelas de pueblo relatan cómo enfrentaron a los "mosquitos" regadores que rocían de veneno no solo plantaciones sino también escuelas y hogares. Ante ellas, Solanas pone la oreja y la lente siempre efectiva, le da sonoridad a una denuncia que suele ahogarse en la ignominia de los grandes medios, receptores de costosa publicidad de empresas como Monsantoy similares, propietarias de los campos, los venenos y la pauta publicitaria.

Los datos que aparecen a lo largo del documental son contundentes: en los últimos diez años los casos de cáncer se multiplicaron en las zonas más afectadas por las fumigaciones tóxicas. 

En el mismo lapso crecieron de forma exponencial los nacimientos de bebés con malformaciones, las muertes infantiles evitables y numerosas enfermedades derivadas de los agrotóxicos.

"Una fábula siniestra", define "Pino" y el concepto es incontrastable. Porque no solo hablan docentes, padres y madres de niños víctimas, así como pobladores wichis que ven morir a sus vecinos; también lo hacen productores rurales e investigadores de la cuestión alimentaria, quienes confirman con estadísticas y conocimiento empírico la tragedia social que, lejos de virar con los años, se profundiza.

La militancia de este Viaje a los pueblos fumigados, además, aporta soluciones. Al igual que como lo hizo la periodista Soledad Barruti en su libro Mal comidos, Solanas pone el acento en los emprendimientos orgánicos, que trabajan con siembras que no son regadas con venenos y que buscan llegar al consumidor por afuera de los pulpos empresarios.

Asimismo, y en relación a aquello de ponerle el cuerpo a la obra, Solanas, además de sus roles técnicos (director, guionista, camarógrafo, frontman) aporta su sangre para analizar cuan contaminada está de venenos presentes en las fumigaciones de la comida que compramos en cualquier comercio. Y las pruebas son, también, indiscutibles y aterradoras.

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