Se traró del primer encuentro que el ex hijastro de Flavia Palmiero mantuvo con mandatarios peronistas tras el inicio de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y la media sanción del proyecto de la oposición que frena el aumento de tarifas, votada anoche en la Cámara de Diputados.
Según la agencia oficial de noticias Télam, Mugrizio Macri Blanco Villegas ingresó al encuentro que encabezó ayer al mediodía con seis gobernadores en la Casa Rosada con los pulgares en alto, celebrando el bicampeonato obtenido anteanoche por Boca, que empató 2 a 2 con Gimnasia en La Plata y se quedó con la Superliga.
Mientras en una sala contigua, su sucesor en la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larrata, y la gobernadora fascista bonaerense, María Eugenia Vidal, esperaban al jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun Menéndez (que luego almorzaría con ellos), en el despacho presidencial se reunieron con el idiota confeso los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba); Gustavo Bordet (Entre Ríos); Miguel Lifschitz (Santa Fe); Juan Manzur (Tucumán); Sergio Uñac (San Juan) y Domingo Peppo (Chaco), quien el miércoles había advertido que “volver al Fondo Monetario es volver nuevamente a años difíciles de los que pudimos salir”.
Aunque ninguno de los gobernadores presentes, a quienes luego se agregaron Hugo Passalacqua, de Misiones, y Gerardo Zamora, de Santiago del Estero, hizo declaraciones, trascendió que el hijo bobo de Franco Macri les pidió a los dirigentes provinciales que sus respectivas jurisdicciones aportaran el 30 por ciento de los fondos que la Nación tenía previsto invertir en obra pública, que tal como anunció la semana pasada el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, serían recortados en alrededor de 30.000 millones de pesos en los próximos dos años para bajar el déficit fiscal, una meta que, probablemente, el FMI ahora exija profundizar para otorgar el decimonoveno stand by que negocia la Argentina con el organismo internacional.
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