Mientras el régimen fascista porteño coloca carteles avisando que "hace mucho calor, cuidémonos", los habitantes de algunos barrios carecen de suministro de agua vital para la vida. Los vecinos denuncian el sufrimiento de vivir con apenas dos sachets por día.
El agua no es segura. Los vecinos muestran baldes y recipientes con el agua turbia. Es el producto de abrir la canilla en este verano en la villa 21-24 y Zavaleta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
"AySA está realizando una obra en el lugar y nos dejó sin agua potable", dicen los vecinos que además de estar afectados en sus viviendas, no pueden acudir al médico porque desde hace un mes el centro de salud está afectado -como la parroquia- por la impericia de la empresa prestadora de agua y saneamiento.
La Villa 21 (es la más extensa), la Villa 24 (aledaña al Riachuelo) y Zavaleta (el barrio más antiguo) son parte de la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en los barrios de Barracas y Nueva Pompeya.
Estela, delegada del barrio, documenta como viven en Zavaleta, sin agua potable. Explica cómo hacen con dos o tres sachets, con los que tienen que pasar días de 32 o más grados. Mientras, la Ciudad está inundada de carteles del régimen fascista porteño que avisan que "hace mucho calor, cuidémonos", donde no faltan los consejos para combatir las altas temperaturas.
Otros miembros de la comunidad, como los padres Toto (Lorenzo de Vedia) y Charly, denuncian cómo están padeciendo los vecinos de Zavaleta este tórrido verano. La denuncia ya llegó a la Justicia pero, los habitantes tienen sed. Y el régimen de la ciudad no muestra ninguna prisa para resolver el problema.
"No están en guerra, ni pasó un huracán, no están en un centro de refugiados", dijo con indignación el Asesor Tutelar nº 1 ante la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario, Gustavo Moreno, conmovido por la angustiosa situación de personas con alta vulnerabilidad.
"Profundizan la desigualad aún para dar agua en pleno verano", dijo responsabilizando al régimen de Rodríguez Larrata por la falta de atención a las familias, a los bebes y a los ancianos que con el calor están expuestos a enfermedades.
Tampoco se implementó por parte del régimen porteño una campaña de información barrial que informe a los usuarios conozcan las consecuencias a las que están expuestos por la falta de provisión de agua segura.
Además de las manzanas sin acceso al agua segura en los sectores La Loma, San Blas, Loma Alegre, a principios de mes se dio la rotura de un caño de AySA que dejó sin agua tanto a la Parroquia de Caacupé como al Centro de salud y acción comunitaria.
Moreno requirió garantizar el servicio de agua “en forma adecuada, regular, técnicamente idónea, segura y suficiente” y solicitó también que “se diseñe e implemente, en un plazo perentorio, un protocolo para responder a las emergencias producidas por la falta de prestación agua potable, una campaña de información barrial que informe a los usuarios respecto de las consecuencias a los que se encuentran expuestos por la falta de provisión de agua segura y las precauciones que deban adoptarse para reducir los riesgos a su salud y vida y la forma de reclamar ante emergencias de falta de prestación de servicio”.
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