Durante la reunión número 179 de la Comisión Permanente del Episcopado, los obispos también expresaron su consternación ante la posible despenalización del aborto.
La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresó ayer su preocupación por la "delicada situación social" que atraviesa el país debido al "número creciente de despidos", así como por la "grave" situación de las provincias del NOA generada por las inundaciones y también por el tema de la despenalización del aborto que se debatirá en el Congreso.
Así lo informaron en un comunicado de prensa al término de dos días de deliberaciones de la comisión permanente del Episcopado, que preside monseñor Oscar Ojea, que tuvo lugar en la sede de Suipacha al 1.000, en el barrio de Retiro.
Según informaron, durante el habitual intercambio pastoral, los obispos expresaron su "preocupación por la delicada situación social que atraviesa el país y por el número creciente de los despidos" así como se manifestaron también "muy preocupados igualmente por el tema de la despenalización del aborto".
De cara al diálogo que comenzará en el Congreso nacional sobre el tema, la Iglesia se propuso "encarar el debate sobre esta cuestión, integrando las áreas de comunicación, pastoral y diálogo con los legisladores".
Asimismo ratificaron los términos de la declaración que difundieron el pasado 23 de febrero, titulada "Respetuosos de la vida", en la que pidieron que el debate se lleve a cabo en un clima de "diálogo sincero y profundo, sin descalificaciones, violencia o agresión" y solicitaron que se implementen políticas públicas que establezcan como prioritarias la educación sexual integral de la ciudadanía.
Además compartieron los términos del comunicado difundido recientemente por el Consejo Directivo Nacional de la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas (ACIERA), en el que se pronunciaron en defensa del "derecho a la vida, como derecho fundamental y superior a todos los demás, posicionándose a favor de la vida de la madre y del niño por nacer".
El presidente de Cáritas Nacional, monseñor Carlos Tissera, transmitió a los obispos la "grave situación generada por las inundaciones en el NOA" así como "la necesidad de una urgente asistencia a las más de 16.000 familias afectadas".
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