viernes, 9 de marzo de 2018

Advierten que la refinería San Lorenzo podría cerrar por las imposiciones de Aranguren

La planta del grupo de Cristóbal López necesita 400 millones de dólares para modernizarse. El plan estratégico en materia de petróleo delineado por Juan José Aranguren es preciso: producir en el país solamente combustibles Premium -sin azufre- e importar el resto de los derivados como gasoil común y naftas de menores octanajes.


En ese sentido, el CEO de Energía del régimen macrifascista fijó plazo al 2021 para que las refinerías reconviertan sus líneas. Lo cierto es que solo cuatro de las ocho plantas del país fabrican combustibles premium mientras que el resto necesitarán de inversiones millonarias para modernizarse.

Las plantas que actualmente producen naftas de alta calidad son las de Axion en Campana, Shell en Dock Sud y las refinerías de YPF de La Plata y la de Luján de Cuyo en Mendoza.

En este escenario, el futuro de la Refinería San Lorenzo que integra el grupo Indalo de Cristóbal López es incierto ya que se encuentra en un limbo legal, sin concretarse su transferencia al financista Ignacio Rosner, con deudas millonarias a la AFIP, concursada y con las cuentas embargadas.

Además del laberinto legal y financiero en el que está inmersa -y que sólo en ITC la deuda asciende a 8.000 millones de pesos más intereses- la planta necesita una inyección superior a los 400 millones de dólares para alcanzar los estándares que demanda el Ministerio de Energía, un objetivo imposible en la situación actual.

"Si seguimos así vamos al cierre definitivo, no hay dudas", afirmó Rubén Pérez, secretario General del Sindicato Unido Petroleros e Hidrocarburíferos (SUPEH) y lamentó el riesgo que genera esta situación sobre los 450 operarios de la planta.

Los trabajadores sospechan que existe una intencionalidad en el vaciamiento de la empresa para su desmantelamiento como refinería y convertirla en una planta de almacenamiento y distribución de naftas importadas. Además, advirtieron que el viernes de la semana pasada se despachó la última partida de combustible en stock a las estaciones de servicios.

"Acá hay un proyecto energético muy claro que está en el ADN de este gobierno y que no contempla que el Estado intervenga para salvar a la empresa", agregó el sindicalista.

El ministro de Trabajo santafesino, Julio Genesini, manifestó su preocupación por la situación que atraviesa Refinería San Lorenzo: "nos preocupa porque están en juego más de 400 puestos de trabajo y también porque es una cuestión estratégica porque representa una actividad productiva muy importante para Santa Fe".

Genesini viene manteniendo reuniones con el sindicato y le pedirá una audiencia a su par de la Nación, Jorge Triaca, cuando regrese de la gira oficial por Europa.

El fallido acuerdo con Lukoil

Meses atrás, la aparición del financista Ignacio Rosner llevó esperanzas a los trabajadores de la refinería. Rosner había prometido hacerse cargo de la deuda con el fisco y salvar a la empresa incorporándola al grupo OP Investments del cual es su titular.

Sin embargo, Alberto Abad -mientras estuvo al frente de la AFIP- trabó el salvataje y no habilitó la trasferencia de las cuentas de Cristóbal López al nuevo interesado, por sospecar que se trataba de una venta simulada orquestada por el ex zar del juego para eludir sus monumentales deudas con el fisco, que rondan los 17 mil millones de pesos.

Rosner incluso anunció a los medios que tenía un acuerdo con la petrolera rusa Lukoil, que iba a inyectar recursos para salvar la empresa y hasta darle presencia regional.

El anuncio fue desestimado por el Ministerio de Energía. Aranguren se comunicó con altos directivos de Lukoil en Rusia quienes le dijeron que no tenían en carpeta una expansión en Latinoamérica.

No obstante, allegados a Rosner explicaron que sus negociaciones fueron con Lukoil Pan-Americas, con sede en Nueva York, desde donde digitan la cartera de inversiones para toda Latinoamérica.

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