lunes, 5 de marzo de 2018

El Papa Francisco nombra obispos villeros y acentúa el cerco a Macri Blanco Villegas

El cura villero, Jorge García Cuerva, asumió como obispo auxiliar de Lomas de Zamora en un marco de festejos populares que son típicos de ese sector de la Iglesia.


"Quiero ser testigo de la vida en medio de la muerte de hoy en el Conurbano, en sus comunidades y barrios, en las periferias existenciales, acompañando el caminar de quienes sufren el flagelo de la droga, el drama de la falta de trabajo y de vivienda, la cárcel, la más profunda angustia existencial", aseguró García Cuerva durante su misa. La frase no deja lugar a dudas del posicionamiento ideológico del ahora obispo.

Nombrado por el Papa Francisco, García Cuerva se convierte de esta manera en el segundo obispo villero dentro del Episcopado argentino, luego de la designación de Gustavo Carrara como obispo auxiliar de Buenos Aires, quien asumió en la catedral metropolitana en diciembre pasado.

La ceremonia, que se realizó en la catedral de Lomas de Zamora, fue presidida por el obispo de esa diócesis, el jesuita Jorge Lugones, y concelebrada por más de 20 obispos; entre ellos el titular del Episcopado, monseñor Oscar Ojea, y el arzobispo de San Juan, Jorge Lozano.

Al igual que con Carrara, García Cuerva fue retirado en andas de la catedral en medio de un clima festivo por parte de los vecinos. Durante la ceremonia, el nuevo obispo utilizó un báculo (el bastón que usan los obispos) de madera realizado por presos del Complejo Penitenciario de Ezeiza, un ámbito también conocido para el sacerdote referente dentro de la pastoral carcelaria.

El obispo axiliar estuvo a cargo de la parroquia de Santa Clara, en Tigre, por nueve años. Allí trabajó muy de cerca con Malena Galmarini en la reurbanización de villas. Galmarini acompañó al obispo en su asunción y publicó una foto en su cuenta de Twitter.

Entre los símbolos de su ministerio episcopal, García Cuerva ponderó las "chapas de las casas de las villas donde el calor y el frío se sienten mucho más", dijo.

"Allí se escuchan hasta los más mínimos ruidos y se distinguen todos los sonidos del barrio. Allí se adquiere una sensibilidad particular, que quiero mantener", aseveró el sábado en su mensaje.

La llegada de Gacría Cuerva a Lomas de Zamora pondera el perfil de funcionario eclesiástico que impone el Sumo Pontífice desde el Vaticano. Ocurrió con Mario Poli en la Arquidiócesis de Buenos Aires y con Oscar Ojea con la presidencia del Episcopado.

También debe considerarse el caso del Arzobispado de La Plata, donde Héctor Aguer (histórico rival de Bergoglio y una de las figuras más conservadoras de la Iglesia en Argentina) debe jubilarse en mayo y quien suena para reemplazarlo es el cura villero Víctor "Tucho" Fernández, cuya llegada podría dar un giro drástico a ese Arzobispado considerado como un bastión de los sectores más conservadores de la Iglesia.

En su discurso, García Cuerva llamó a acompañar el dolor de los que se encuentran entre rejas. Citó a monseñor Oscar Romero y aseguró que "la Justicia es como las serpientes, muerde a los descalzos; y las cárceles están llenas de descalzos, de pobres, de vulnerables". Una postura que se estrella con la nueva doctrina de seguridad que propone la dipsómana Patricia Bullrich Luro Pueyrredón.

Es que los funcionarios eclesiásticos que designa Francisco parecieran emerger para dar una feroz batalla contra la nueva doctrina del régimen macrifascista.

Perfil destacaba ayer que la nueva conducción de la Iglesia argentina viene asumiendo un rol más activo en sus intervenciones, incluso marcando fuertes diferencias con el macrifascismo.

El propio Francisco dio luz verde para que la cúpula eclesiástica argentina tome ese rol más activo. La clave estuvo en la designación de monseñor Oscar Ojea como titular de la Confercia Episcopal Argentina (CEA).

En las últimas semanas, el Episcopado expresó preocupación por distintas iniciativas del oficialismo, desde los cambios en los planes sociales hasta el cierre de escuelas en el Delta de Tigre.

Ojea se interesó incluso por la situación de las escuelas del Delta que iban a ser cerradas por iniciativa de María Eugenia Vidal. A través de un comunicado, el obispado de San Isidro se pronunció sobre los "cambios en las políticas de subvención" a centros educativos y "los anuncios que afectan a la comunidad del Delta".

Allí se expresó "preocupación" por los "conflictos que afectan en este momento el sistema educativo" y se informó que "se encuentran abiertas, pensando en cuidar siempre el funcionamiento de los centros educativos".

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