El marido de Isabel Macedo firmó un convenio con Tarija y el jujeño quiere uno bilateral. "Que no se copie", le mandó a decir.
La polémica por la atención de salud a extranjeros provocó un cortocircuito entre Gerardo Morales y Juan Manuel Urtubey, porque el fascista jujeño pidió un acuerdo bilateral entre los presidentes y el traidor salteño firmó uno con su par de Tarija, el departamento de Bolivia que limita con su provincia.
A Morales no le cayó bien la amistosa foto de su colega en el vecino país y mucho menos el ninguneo que hizo del conflicto, con datos precisos como que los extranjeros sólo consumen el 1% de la atención sanitaria salteña, o sea, casi nada.
"Urtubey trató de diferenciarse del debate que impulsó Morales, pero salió corriendo a firmar un convenio de reciprocidad con el departamento boliviano de Tarija, que es justamente el camino que nosotros estamos sugiriendo, nada más que en términos de país a país", se diferenció el senador radical Mario Fiad, leal a Morales.
"Qué bueno que el gobernador de Salta siga la agenda que marca Gerardo Morales. Es bueno para la región. Está todo muy claro: es una reacción ante la pérdida de iniciativa política", completó, una falsa ironía que denota la molestia de su jefe.
Con su convenio, Urtubey le marcó la pauta al Congreso porque recordó que los servicios de salud son brindados por las provincias y por lo tanto una ley nacional puede resultar inocua y con el riesgo latente de despertar voces xenófobas.
Tras cruzarse con Urtubey con quien compartió una amistosa reunión en Mendoza el viernes, Morales mandó a Fiad y a su diputada Gabriela Burgos a presentar proyectos de ley para "recuperar" los gastos de salud generados por extranjeros.
Sólo quedarían exceptuados los que provengan de países sin convenio de salud recíproco con Argentina, pero como hasta el momento no se conoce ningún tratado de ese estilo, el cobro sería general para los extranjeros en "tránsito", o sea, sin residencia fija.
"Buscamos establecer un mecanismo de compensación o recupero de los gastos incurridos por el sistema de salud, siempre que no se tratare una urgencia médica en cuyo caso se garantiza la atención gratuita", anunció Burgos.
Pero los registros sanitarios están en las provincias y para muchos legisladores del oficialismo una ley así puede colisionar con las autonomías. Prefieren abordar el problema con una regulación más restrictiva de la política migratoria, una facultad exclusiva del Poder Ejecutivo.
Se trataría de remarcar que los extranjeros que estén de paso no tienen derecho a la salud gratuita, por ser un caso distinto a los "habitantes que quieran pisar el suelo argentino", citados en el preámbulo de la Constitución.
Pero el debate incomoda e hizo estallar la última reunión del interbloque la alianza de derecha Cambiemos. Mario Negri, el jefe; y la dirigente universitaria Josefina Mendoza, rechazaron un proyecto de su correligionario Luis Petri que restringía la salud y la educación a los extranjeros. O sea, impedía la presencia de foráneos en las universidades nacionales.
Morales pidió explicaciones por el episodio y sólo consiguió un compromiso de Negri para no frenar los proyectos sobre salud presentados por sus legisladores. Con la educación no abrirá el debate.
Pero aun así, muchos diputados macrifascistas no están convencidos de dar esta batalla y la causa son cifras como las que aportó Urtubey y confirman que el gasto real en salud pública por atención al turismo golondrina no erosiona los presupuestos.
Según las planillas que recorrieron varias oficinas del Congreso no superaría el 6%, una incidencia menor como para arriesgarse a un costo político tan alto en algunos extractos sociales. Además, la mayoría en zonas de fronteras, donde un convenio entre provincias alcanza para solucionar los problemas de vecindad.
"Morales tiene que hacer buena letra con una parte de su electorado y malvinizó una polémica jujeña que no sabe dónde termina", explicaron desde Cambemos. Urtubey quiso participar y lo puso nervioso.
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