Durante el tradicional Ángelus, el Papa Francisco animó ayer a los presos a vivir la Cuaresma "como un período de reconciliación".
"Al inicio de la Cuaresma que es un camino de conversión y de lucha contra el mal quiero dedicar un dese particular a las personas detenidas", planteó el Pontífice ayer, durante el tradicional Ángelus, frente a unos 20.000 fieles en la plaza San Pedro.
"Queridos hermanos y hermanas que están en la cárcel, animo a cada uno de ustedes a vivir el período cuaresmal como ocasión de reconciliación y de renovación de la propia vida bajo la mirada misericordiosa del Señor, que no se cansa más de perdonar", afirmó en referencia al período de 40 días de la tradición católica inició el pasado miércoles y que termina en Pascuas.
Durante su último viaje apostólico a Chile y Perú, el Pontífice reconoció que uno de los momentos que más le impactaron fue la visita que hizo en Santiago a un centro de reclusión para mujeres. Antes, ya había visitado cárceles durante sus visitas a Paraguay y México, además de otras dentro de Italia.
Francisco inició ayer su cuarto retiro espiritual como Papa, por el que estará en la localidad de Ariccia, al sudeste de Roma, hasta el próximo viernes 23. Los ejercicios espirituales del pontífice junto a la curia romana en la Casa Divino Maestro de la localidad ubicada 27 kilómetros al sudeste del Vaticano tendrán como tema "Elogio de la sed".
Las meditaciones serán guiadas por el sacerdote portugués José Tolentino de Mendonça, vice rector de la Universidad Católica de Lisboa, quien tendrá a cargo los ejercicios espirituales de unos 50 religiosos de la Curia romana. Una vez dentro de la Divino Maestro, el pontífice dormirá solo en una habitación en la que tendrá una cama y un escritorio y allí compartirá con el resto de la Curia las jornadas.
Propiedad de los padres paolinos, el lugar que hospedará a Jorge Bergoglio por cuarto año consecutivo es un complejo con 124 habitaciones distribuidas en cuatro edificios de dos y tres pisos.
Sobre las Colinas Albani, el complejo parece a prueba de curiosos: son unos 5 kilómetros a pie desde la estación de tren más cercana, Albano Laziale, y sobre una pequeña colina que lo hace casi inalcanzable.
Durante esa semana, los días de reflexión iniciarán con una misa a las 7.30, luego meditaciones a las 9.30 y 16 y cerrarán con las vísperas y la adoración eucarística.
La tradición de los ejercicios espirituales fue iniciada en 1925 por el entonces papa Pio XI, recordó el diario L'Osservatore Romano, vocero oficial del Vaticano.
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