El rector de la institución, Gustavo Zorzoli, comunicó mediante un mail enviado a la comunidad de la entidad educativa que tres regentes y un profesor de matemáticas solicitaron el pase a otra dependencia de la UBA.
Luego de que las egresadas de la promoción 2016 del Colegio Nacional de Buenos Aires denunciarán situaciones de acoso sexual y violencia machista durante sus años de estudio, los regentes y profesores acusado pidieron su traslado a otra dependencia de la UBA “a efectos de facilitar las investigaciones en curso”.
En el acto de graduación de la promoción 2016, realizado la semana pasada en el aula magna de la institución, un grupo de ex alumnas, agrupadas en el colectivo Mujeres y Disidencias CNBA, pusieron nombre y apellido a sus experiencias de acoso y abuso por parte de miembros de la institución.
Tras la conmoción generada por la gravedad de las denuncias, y luego de que la UBA comunicara que asumía “la competencia originaria de los hechos denunciados”, el rector Gustavo Zorzoli comunicó por mail a toda la comunidad académica el pedido de los empleados señalados por las jóvenes durante su discurso.
“Les informamos que ayer, tanto el Regente de Estudios como el Regente General y hoy, el Regente del Turno Mañana y el Subjefe del Departamento de Matemática han solicitado su traslado a otra dependencia de la Universidad de Buenos Aires a efectos de facilitar las investigaciones en curso”, señaló el mail firmado por Zorzoli.
El colectivo había denunciado la conducta de uno de sus profesores de matemática. “Entra Jorge Blumenfarb y saluda a algunas de nosotras con un beso, nos toca la cintura. A sus favoritas nos pide que seamos ‘sus secretarias’ o que le mandemos fotos de nuestras vacaciones por mail”, sostuvieron las ex alumnas, que también dijeron que los tutores minimizaban sus reclamos y se desligaban de su responsabilidad.
Las denuncias retrocedieron hasta el ingreso al colegio en 2012. “Como todas las mañanas llegamos al colegio y nos recibe el regente Guillermo Belleville. Nos hace comentarios sobre el largo de nuestras polleras, nos toca y nos besa, no nos computa los tardes si le caemos bien. ¿Es necesario detenernos a explicar por qué esto es inaceptable?”, dijeron las ex alumnas.
Agregaron que “tenemos quince o dieciséis años. Subimos las escaleras para llegar al aula y nos encontramos con Diego Riveiro, preceptor. Nos ofrece su servicio de masajes, evalúa junto a nuestros compañeros cuál es el mejor culo del año y les comenta 'cómo se garcharía' a una de nuestras compañeras. También hay besos y manoseos que nos incomodan. Sólo comentamos estos episodios entre nosotres en el baño durante el recreo”, fue otra de las denuncias formulas por la ex alumnas.
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