Por Darío Pignotti, desde Brasilia, para Página/12
Fernando Haddad, pupilo político de Luiz Inácio Lula da Silva, denunció ser víctima de ataques en las redes sociales a través de fake news patrocinadas por Jair Bolsonaro. El candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT) hizo la advertencia al ser consultado acerca de los resultados de la última encuesta de Datafolha, donde apareció con una intención de voto del 21 por ciento, un 1 por ciento menos que en la consulta anterior, frente al 32 del capitán retirado del Ejército Bolsonaro, que creció 4 puntos en tres días.
A través de las redes sociales, especialmente WhasApp fueron disparados "millones de mensajes difamatorios ligándome a fotos de mujeres desnudas y niños abusados", denunció el petista. Las hordas cibernéticas de Bolsonaro son conocidas por su poder fuego y por sus contenidos extremistas.
Los mensajes atemorizan al público diciendo que si gana el PT los padres tendrán que entregar a sus hijos al Estado para que éste decida su orientación sexual. Bolsonaro prometió el mes pasado que, si gana, prohibirá la educación sexual en las escuelas porque "se les enseña a los nenes a jugar con muñecas".
Los mensajes posteados "son acusaciones vulgares contra mí, con imágenes vulgares, esto está ocurriendo en los últimos días y está destinado sobre todo al público evangélico", señaló Haddad.
El sabotaje fue intensificado a partir del sábado cuando cientos de miles de mujeres marcharon en las ciudades de Brasil bajo la consigna #El No y llamando a votar a cualquiera menos a Bolsonaro.
Un día después, el domingo pasado, se agregó la prédica en cientos de templos evangélicos con ataques contra la movilización feminista. Una prédica que demostró el poder de fuego de Edir Macedo, titular del multimedios Record y la Iglesia Universal del Reino de Dios. Días atrás el propio obispo electrónico anunció su voto, y el de su empresa religiosa, por Bolsonaro.
El generalmente tranquilo Haddad parece haber perdido la paciencia con las artimañas de su rival. "Llegó el momento de defendernos, porque es muy grave lo que está ocurriendo en esta recta final" hacia los comicios del domingo advirtió ayer durante una rueda de prensa en San Pablo. La contraofensiva ya comenzó el martes en Río de Janeiro cuando el petista recomendó que el ex militar se someta a un análisis "psiquiátrico".
A la furia neopentecostal contra Haddad se añadió ahora el optimismo del mercado ante una eventual victoria del postulante del Partido Social Liberal, que permanece en reposo en su residencia de Río de Janeiro, veintisiete días después de haber sido apuñalado en un acto de campaña.
La Bolsa de Valores de San Pablo llegó a subir el 4 por ciento y el dólar bajó cerca de 2 puntos durante la ronda de negocios de la mañana reflejando el impacto positivo causado por la encuesta de Datafolha, con Bolsonaro distanciándose de Haddad.
El optimismo financiero va de la mano de los empresarios del agronegocios, quienes viajaron hasta el departamento de Bolsonaro, en una zona rica del barrio Barra da Tijuca, para anunciar que la "bancada ruralista" apoya su candidatura.
En los grandes medios de comunicación el crecimiento de Bolsonaro fue propalado insistentemente, mientras se trató con desinterés la censura de la Corte contra los diarios Folha de San Pablo y El País de Madrid, que solicitaron entrevistar a Lula en su celda de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba.
A través de las oscilaciones bursátiles y cambiarias se manifiestan las preferencias del capital concentrado: la Bolsa baja cada vez que Lula sube en las encuestas. Y crece considerablemente cuando el expresidente, que tenía el doble de votos de Bolsonaro, fue derrotado en la Corte, en abril pasado, poco antes de ser arrestado. Ese vaivén se repitió, aunque con menos intensidad desde que Haddad asumió como postulante petista el 11 de setiembre.
El periodista Carlos Alberto Sardenberg, del Grupo Globo, explicó la conducta del poder económico de manera concisa: "el dólar Haddad se cotiza a 4,15 reales y el dólar Bolsonaro a 3,80, porque el mercado le tiene confianza y no quiere saber nada con el PT".
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