La desquiciada diputada oficialista denunció que farmaceúticas le ofrecieron dinero para comprar su voluntad. Sin embargo, esas mismas empresas le dieron millones al ex hijastro de Flavia Palmiero.
En medio del escándalo por las acciones del vicejefe de Gabinete Mario Quintana en la empresa Farmacity y su posible influencia para habilitar el desembarco del gigante farmaceútico en provincia de Buenos Aires, la desquiciada diputada Elisa Carrió salió a responsabilizar a los laboratorios, al acusarlos de "golpistas" y al denunciar que intentaron sobornarla años atrás.
Sin embargo, lo que la enferma mental omitió es que esas mismas firmas a las que hoy acusa resultaron ser financistas de la campaña de Mugrizio Macri Blanco Villegas en 2015, al aportar más de 4 millones de pesos solo entre los "grandes jugadores" del mercado.
Según el estado contable presentado por el partido Propuesta Republicana (PRO), los laboratorios realizaron generosas contribuciones en 2015 para ayudar a Mauricio Macri a llegar a Casa Rosada: Bagó, Medifarm, Elea, Balliarda, Roemmers, Gador y Casasco aportaron $ 500.000 cada uno, mientras que otros tanto no quisieron quedarse afuera, pero tampoco arriesgar tanto, como el caso de Movisalud, Bernabó y Beta, que donaron $ 100.000 para figurar en la lista.
Cabe destacar que según la Ley de Financiamiento Electoral este tipo de contribuciones financieras a partidos políticos está taxativamente prohibida. No obstante, el PRO encontró un gran gris con el cual recaudar: "contribuciones para desenvolvimiento institucional" es el término legal con el que realizaron sus apoyos económicos las firmas, para de esta forma, eludir los controles.
El lunes por la noche, Carrió salió a proteger a Peña Braun Menéndez, Lopetegui y Quintana y desde el piso de la ultraoficialista señal de cable TN acusó a los laboratorios de hacerle "un golpe" al ex presidente radical Arturo Illia, según ella, "por haber intentado cambiar la ley".
Lejos de calmarse, paciente psiquiátrica ambulatoria los acusó también de haber intentado sobornarla hace algunos años, cuando, según su denuncia, los laboratorios le ofrecieron $ 500.000 para comprar su voluntad.
Fuente: nota de Juan Ignacio Amorín para El Destape web
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