jueves, 24 de mayo de 2018

El régimen macrifascista ensaya un nuevo acercamiento al vende humo Sergio Massa

El macrifascismo ensaya un acercamiento a Sergio Massa en medio de la crisis económica y la falta de control de la oposición en el Congreso.


El bloque del Frente Rejuntador, con Graciela Camaño a la cabeza, se volvió un problema para la Rosada, luego del avance de la ley opositora de tarifas que en el Gobierno achacan en parte al massismo. 

En el régimen macrifascista creen que con el massismo quedaron distorsionados los límites entre el juego político y la ausencia de reglas.

Pese a esto, la mesa chica le sugirió a Mugrizio Macri Blanco Villegas que necesita un líder opositor que le ponga racionalidad a este proceso crítico, puesto que el acuerdo con los gobernadores es un arma de doble filo. Los mandatarios le dicen algo y después sus legisladores votan de manera impredecible, pese a la firma de pactos.

Massa está enojado con el ex hijastro de Flavia Palmiero y con el régimen porque siente que lo usaron en el primer período del gobierno y luego lo atacaron salvajemente.

"Me chuparon toda la sangre y cuando se acabó me pegaron 7 tiros en la cabeza", suele decir Massa. El tigrense asegura que pagó los costos por votar leyes junto a la alianza de derecha Cambiemos y que luego lo destrozaron por la ley de Ganancias y el artículo para impedir que los familiares de los funcionarios pudieran ingresar al blanqueo.

En ese sentido, el vende humo está enemistado con Marcos Peña Braun Menéndez, a quien atribuye una serie de campañas de trolls que lo hostigan en las redes sociales. El jefe de gabinete fue siempre el principal obstáculo para los acuerdos del régimen con el ex intendente.

Con quien nunca rompió la buena sintonía fue Emilio Monzó y con María Eugenia Vidal, además de su amigo Horacio Rodríguez Larrata. En tanto que Rogelio Frigerio fue junto a Monzó uno de los dirigentes que encabezó el operativo de acercamiento.

Vidal y Rodríguez Larrata disienten con Macri Blanco Villegas y Peña Braun Menéndez respecto del trato que debe tener el PRO con Massa. La gobernadora fascista y el jefe de gobierno porteño resistieron las presiones para romper con el líder del Frente Rejuntador y conservaron los acuerdos en sus distritos.

En especial Vidal, que logró sancionar 123 leyes con la ayuda de los legisladores de Massa. La gobernadora suele decir a la mesa chica que ese acuerdo fue muy exitoso y "sólo" costó 40 mil millones de pesos. En cambio, por el acuerdo con los gobernadores, con el que sólo se aprobaron tres leyes, el régimen debió poner 500 mil millones de pesos.

En ese sentido, en abril, por primera vez las provincias se llevaron más que la Nación en el reparto de la coparticipación. Esto es reivindicado en algunos sectores del régimen pero no alegra demasiado a Macri Blanco Villegas cuando le recuerdan que durante la época de Néstor Kirchner en el poder, las provincias sólo se llevaban el 30 por ciento y la Rosada se quedaba con el 70.

La respuesta de Massa ante los pedidos de acercamiento por ahora fue negativa: para este miércoles escribió el discurso que Camaño utilizó en Diputados. "El Gobierno que se fue nos dejó primero en ránking de asalariados en dólares de la región. Estamos cuartos. Y ustedes saben que no soy kirchnerista. Pero al pan, pan; y al vino, vino", disparó Camaño, entre otros dardos.

El líder del Frente Rejuntador mira con desconfianza un nuevo acuerdo con el hijo bobo de Franco Macri porque cree que lo necesita únicamente para hacer un ajuste. Lo mismo sucede con los gobernadores y por eso al idiota confeso le sugieren en su entorno que el "gran acuerdo nacional" venga acompañado de propuestas para las provincias a cambio.

En el propio régimen le advirtieron a Massa que puede ser víctima de nuevos ataques, en especial porque creció en las encuestas y su imagen negativa bajó desde que está guardado. "O buscas un esquema de convivencia con el Gobierno o te van a volver a tirotear", lo aconsejó un importante dirigente de Cambiemos, al leer las encuestas.

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