Un producto clave en la alimentación tuvo un nuevo incremento de precio, que incidiría nuevamente en la caída de su consumo que actualmente es de 176 litros por habitante por año, 41 litros menos que en 2015.
A raíz del nuevo aumento de un 10% el valor de la leche y sus derivados, especialistas advirtieron que esto golpeará con dureza al consumo, que ya viene en baja en el sector.
Según un relevamiento llevado a cabo por Defensa de Usuarios y Consumidores (DEUCO), el precio de la leche en sachet entera y descremada La Serenísima pasó de 44,20 pesos, en agosto de este año, a 48,70 pesos, es decir, un 10 por ciento más caro; al igual que la leche ultra entera con hierro, la cual pasó de $ 45,60 a $ 50; la leche entera reducida en lactosa, de $ 46,60 a $ 51,30; y la leche UAT, entera o descremada (por litro), de $ 53 a $ 58,20; todas con el mismo porcentaje de aumento.
De esta manera, desde el informe de DEUCO citaron un trabajo del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), el que "el consumo de leche por habitante por año es de 176 litros", o sea "menor a lo registrado en 2015 cuando consumimos 217 litros por habitante por año y es el consumo de leche más bajo en los últimos 29 años".
Ahora, con este nuevo aumento, los precios en los productos derivados de la leche crecieron hasta un 42,9% entre mayo y octubre de este año. Bajo esta línea, en el periodo anteriormente mencionado, la manteca, por 100 gramos, pasó de $ 49 a $ 67,50 (37,8%), mientras que la de 200 gramos pasó de $ 83,70 a $ 116,40 (39%).
Junto a estos productos, también aumentaron sus valores el dulce de leche (por 400 gramos), que pasó de $ 71 a $ 95,40 (34%); la crema en leche (por 200 centímetros cúbicos), de $ 58 a $ 77,50 (33,5%); el queso rallado en hebras, de $ 98,70 a $ 134,70 ( 36,5%); la ricota entera (por 500 gramos), de $ 85 a $ 118,30 (39%); la leche en polvo deslactosada, de $ 211 a $ 299,80 (42%); la manteca light untable (por 200 gramos), de $ 119,40 a $ 166 (39%); la leche en polvo (bolsa de 200 gramos), de $ 69,60 a $ 99,50 (42,9%); y el queso rallado, de $ 37,80 a $ 51,30 (35,7%).
Por su parte, el queso es uno de los productos más golpeados, ya que su precio subió entre un 10 y 15 por ciento de acuerdo al tipo, y se arrimó, en algunos casos, a la barrera de los mil pesos.
En la lista que difundió DEUCO, los quesos más caros registrados son el provolone y el reggianito, cuyo precio por kilo pasó de $ 824, en agosto de este año, a $ 948, siendo un 15% el incremento en ambos casos. Además, el queso sardo pasó de $ 782 a $ 900 (15%); el queso cremón de $ 373 a $ 410 (10%); el port salut de $ 452 a $ 497; el pategras de $ 710 a $ 781 (10%); y el gouda de $ 600 a $ 659 (10%). En todos los citados casos, el precio es por kilo.
Finalmente, la entidad, en base a datos de la OCLA, comunicó que la venta de productos lácteos cayó un 11,9% en el comparativo del periodo enero-julio de 2018 y enero-julio de este año. Por ejemplo, la venta de postres lácteos y flanes cayó un 34,4%; en tanto que la siguen la leche en polvo descremada, con un 27%; la leche no refigerada, con un 22,8%; y la manteca, con un 16,7%; entre otros.
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