La gobernadora fascista de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, también reconoció los efectos de la gestión de la alianza de derecha Cambiemos en su distrito. “La economía fue mucho más difícil de lo que se esperaba", dijo.
María Eugenia Vidal admitió que una derrota frente al candidato del Frente de Todos, Axel Kicillof, está dentro de las posibilidades. Si bien destacó que el resultado de las PASO “no me golpeó” y que “me gustan las peleas difíciles”, luego explicó al ser consultada sobre una eventual transición que “será democrática y ordenada, como corresponde”. “Pero hoy toda mi energía está puesta en darla vuelta”, agregó rápidamente.
La conchuda hija de puta evitó decir que el resultado electoral es “irremontable”, palabra que utilizó el periodista que la entrevistaba para recordar la distancia de 17 puntos que separaron a Kicillof y Vidal en las PASO y que podría multiplicarse en las elecciones del 27 de octubre ante el deterioro de la situación económica y social. “Si les hubiera dicho que no iba a haber más barones del conurbano también hubieran dicho que era imposible”, respondió de manera evasiva.
Sin embargo, luego habló abiertamente de la transición, que aseguró será “democrática, ordenada, como corresponde, con todos nuestros equipos a disposición”.
El hada virginal estuvo en el programa del operador periodístico del régimen Eduardo Feinmann como parte de su campaña electoral, en la que intenta dar vuelta la dura derrota que sufrió ante el Frente de Todos. Al evaluar esa marcada falta de votos para el oficialismo en la provincia, Vidal la relacionó directamente con los problemas económicos que signaron el país durante los últimos cuatro años de gestión de Miauricio Macri Blanco Villegas. “La economía fue mucho más difícil de lo que se esperaba. Los bonaerenses se sintieron muy agobiados en su bolsillo. Tuvieron o tienen miedo de perder su trabajo”, aclaró.
Asumió también que existen “diferencias” entre su equipo y el del jefe de Gabinete, Marcos Peña Braun, aunque intentó justificarlas aclarando que Juntos por el Cambio “no es un espacio político homogéneo”.
“Hoy hay tres campañas, la de la ciudad, la provincial y la nacional y está bien que así sea porque las discusiones son distintas”, alegó, tras destacar que siguen “haciendo cosas juntos pero en roles distintos”.
También se metió de lleno en la polémica sobre el corte de boletas que sus mismos intendentes estaban promoviendo en el cuarto oscuro. “No creo en las campañas por el corte de boleta, el bonaerense conoce bien la boleta”, sostuvo sin mucho más detalle. “En cada uno de los municipios en los que gobierna Cambiemos y en los que no también hubo obras nacionales”, agregó.
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