Desde que asumió Miauricio Macri Blanco Villegas acumula un total de U$S 61.287 millones. El "carry trade" tuvo ribetes rabiosos el mes pasado que llevaron al Banco Central a aplicar restricciones. Así y todo, el sector privado no financiero continuó acumulando divisas en el "colchón".
Tasas de interés aún altas y una seudo estabilidad cambiaria eran un cóctel ideal para los embriagados del “carry trade” (apuestas a favor del peso) el mes pasado.
Sin embargo, los datos oficiales dan cuenta que, a pesar de todas estas zanahorias, en enero la “formación de activos externos del sector privado no financiero”, el dato comúnmente conocido como “atesoramiento” o “fuga de capitales” alcanzó los U$S 1.958 millones. Si bien esto representa un retroceso del 37% con relación a un año atrás frente a diciembre de 2018 implica un aumento del 127%.
De modo que desde el advenimiento de la alianza de derecha Cambiemos el atesoramiento del sector privado acumula un total de U$S 61.287 millones, lo que equivale al 91% de las actuales reservas del BCRA que incluyen parte de los fondos recibidos por el acuerdo con el FMI.
Es decir que con el aliciente del carry y todo, los inversores igual ya optaron por refugiarse en divisas, cuando todavía faltan 117 días para conocer la lista de candidatos para las PASO (el 22 de junio se presentan las listas de candidatos para las Primarias ante la junta electoral partidaria ) y 167 días para las elecciones PASO del 11 de agosto. O sea, que aún restando 4 meses para despejar todos los fantasmas de Cristina sí, Cristina no, Lavagna sí, Lavagna no, o incluso, Lousteau sí o Lousteau no, y otros más, los ahorristas siguen dolarizando sus carteras. Y esto no debería extrañar a nadie porque más allá de los vaivenes positivos y negativos de los últimos tres años, los primeros de la gestión Cambiemos, el sector privado siguió ahorrando en dólares.
Es más, el régimen macrifascista al blanquear su romance con el Fondo, hizo una fuerte apuesta sobre esta masa de divisas atesoradas fuera del sistema financiero, conocida en el mercado como “el canuto”. De ahí que el plan lanzado tras la corrida y el primer acuerdo con el FMI tenía como uno de los pilares “incentivar” el descanutaje, o sea, que los privados se vieran, por necesidad o interés, a “desprenderse” de parte de sus dólares atesorados de modo de retroalimentar la anoréxica oferta doméstica de divisas. Sin embargo, por el momento, la demanda por atesoramiento no es doblegada por los que desarman su canuto. Está claro que aquellos, sobre todo las pymes, que no pudieron armar su canuto, vienen penando bajo el imperio de las altas tasas de interés reales.
En enero pasado se vio que la “Formación de Activos Externos“ (FAE) se construyó con U$S 1.293 millones en Billetes, otros U$S 30 millones en inversiones directas de residentes en el exterior (IDRE) y U$S 635 millones en Otras inversiones de residentes en el exterior.
El único registro desde que asumió Macri Blanco Villegas que hubo “desatesoramiento”, o sea, entrada neta de capitales fue en diciembre de 2016 cuando por el concepto de "Otras inversiones de residentes en el exterior" ingresaron U$S 3.974 millones lo que anuló principalmente el atesoramiento en Billetes por U$S 1.943 millones. Ese mes la FAE arrojó un saldo negativo, o sea, hubo ingreso neto de capitales por U$S 2.015 millones.
En el balance de la gestión Cambiemos se tiene que el atesoramiento en Billetes acumulaU$S 49.395 millones, en IDRE U$S 842 millones y en Otras IDRE U$S 11.653 millones mientras que el rubro Compras netas de activos externos que deben ser aplicados a fines normativamente preestablecidos arroja un saldo negativo de U$S 603 millones.
El nivel que alcance el FAE es un dato tan relevante como el porcentaje de renovación de las Letes en dólares. Porque si la economía este año tiene un FAE promedio mensual cercano a los U$S 2.000 millones como en enero, en 9 meses se estaría hablando de una demanda potencial de divisas para atesoramiento por U$S 18.000 millones. Hay que ir hasta el 2008 y 2011 para encontrar promedios mensuales de atesoramiento similares o como en 2017 y 2018. Lo cierto es que además del dólar y la inflación, no hay que perder de vista como viene el FAE.
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