Por Tomás Lukin para Página/12
Con un desplome del 8,7 por ciento en diciembre, las cantidades vendidas por los supermercados cerraron 2018 con una contracción del 3 por ciento.

La crisis se extendió sobre alguna de las grandes cadenas como Carrefour, Walmart y Día, que en ese contexto comenzaron a cerrar locales y despedir trabajadores. Los informes difundidos ayer por el INDEC muestran además que las cantidades vendidas por los shoppings cedieron un 13,3 por ciento al finalizar el año pasado. Con ese desempeño, la facturación acumuló una merma del 2,4 por ciento en doce meses.
A lo largo de 2018 la facturación de las grandes cadenas de supermercados y los autoservicios mayoristas marcó en diciembre un aumento 40,3 por ciento interanual. Al finalizar 2018, por su parte, las ventas en los shoppings registraron un aumento del 25,7 por ciento frente al mismo período del año anterior. Ambos guarismos muestran una importante contracción en términos reales frente a una inflación que escaló hasta 47,6 por ciento en diciembre pasado. Uno de los factores fundamentales para explicar la caída en las ventas de los supermercados y shoppings es la pérdida en la capacidad de compra de los salarios que el año pasado experimentó su mayor caída desde 2002.

Los trabajadores estatales, los gastronómicos, los empleados de la industria del calzado acusaron las caídas más significativas. Los trabajadores del sector no fueron ajenos a la contracción de los ingresos laborales.
Como evidencia el reporte del INDEC, el salario promedio de los cajeros, administrativos y repositores de los supermercados marcó en diciembre un aumento de 24,7 por ciento frente al mismo mes del año anterior.
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