El mal momento que pasó el ex hijastro de Flavia Palmiero en un acto cerrado encendió las alarmas. Peña Braun Menéndez será el jefe de campaña otra vez. Dudas con la recaudación.
El escrache que sufrió Miauricio Macri Blanco Villegas en un acto cerrado de inauguración de una obra en la ciudad que gobierna el PRO hace 12 años encendió las alarmas en Casa Rosada.
El modus operandi de la campaña ya era un problema a resolver para el régimen en medio de una crisis económica sin un final aparente antes de las elecciones. Es por eso que se había decidido concentrar la campaña en un cronograma de actos de gestión, con un Macri Blanco Villegas rodeado por el entorno amigable típico de las inauguraciones.
Pero ni eso ya es una zona segura para Macri, como quedó demostrado ayer, cuando sus asesores debieron salir a tapar el celular de algún díscolo que filmaba al obrero que quedó cara a cara con el retrasado mental para quejarse de la crisis (ver nota aparte en esta misma edición). Falló incluso lo que siempre le funciona al subnormal en esas puestas en escena: generalmente hablan con los obreros en la previa, les preguntan si les pagan los sueldos y sobre su situación económica para evitar imponderables como el de este martes.
La crisis hizo además disminuir los timbreos a su mínima expresión y está en serio cuestionamiento en el PRO si conviene seguir con esa modalidad que se usó en todas las campañas anteriores.
"Los timbreos no se hacían en direcciones al azar sino calculando dónde no nos iban a matar y prácticamente ya no quedan direcciones", se sinceró un funcionario.
Por otro lado, el sistema de los "voluntarios" que los equipos de Peña Braun Menéndez vienen recolectando desde hace años y sirvió tanto para conseguir fiscales como para armar mesas en las esquinas, está en stand by.
Al mismo tiempo, la Fundación Pensar, que el hijo bobo de Franco Macri usó para formar funcionarios que incluso llegaron a ministros quedó desactivada. Una de las razones principales es que, tal como hacía el G25, el otro think tank del PRO, Pensar fue creada como un vínculo del idiota confeso con los empresarios. En ese contexto, el impacto de la causa de los cuadernos también repercutirá en la recaudación de fondos para la campaña del PRO.
Pese a este panorama, cerca de Peña Braun Menéndez aseguran que los equipos técnicos del PRO se están reuniendo asiduamente en la sede nacional del partido en San Telmo. El jefe de gabinete será nuevamente el jefe de campaña y para el interior del país tendrá la colaboración de Rogelio Frigerio, Francisco Quintana y Humberto Schiavoni.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario