Se trata de un texto del sorete mal cagado Diego Bobossio, apoyado por el oficialismo y el massismo. Deroga los artículos clave de una ley impulsada por Cristina.
Un proyecto empujado por el peronismo amigable y Cambiemos para liberar los precios de Papel Prensa promete convertirse en la próxima batalla de la Cámara de Diputados, donde se descuenta que el kirchnerismo batallará para evitar que deroguen un ley impulsada por Cristina en plena guerra con Clarín.
El texto fue elaborado por el diputado justicialista okupa Diego Bobossio y tiene las firmas de los líderes del bloque de Cambiemos, Mario Negri y Nicolás Massot; del jefe del interbloque del PJ federal, Pablo Kosiner; y de los massistas Marco Lavagna y Alejandro Grandinetti, entre otros.
El proyecto ingresó a la Cámara baja el viernes pasado y, en un trámite exprés, ayer ya comenzó a ser tratado en la comisión de Comercio, que preside el justicialista mendocino Pedro Miranda. Los bloques que lo empujan tienen número suficiente para darle dictamen en esa comisión -la única a la que fue girado-, pero se estima que el Frente para la Victoria intentará forzar el giro a la de Libertad de Expresión, donde podría al menos demorar el proyecto ya que la preside Leopoldo Moreau.
La norma propone derogar varios artículos de la Ley 26.736, aprobada por el kirchnerismo en 2011, que declara "de interés público la fabricación, comercialización y distribución de pasta celulosa y de papel para diarios". En plena guerra con Clarín, Guillermo Moreno redactó esta normativa que hace referencia exclusiva a una empresa puntual, que justamente era manejada por ese Grupo y La Nazión.
El texto de Cambiemos y el PJ recoge los reclamos de Papel Prensa y propone derogar los artículos 20, 21, 24, 25, 26, 27, 40 y 41 de la ley de 2011. Precisamente, el principal cambio es la derogación del artículo 20, que establece la obligación de comercializar el papel para diario a un precio único y público de pago, con lo que se evita que se venda a precios diferenciales a determinados diarios en perjuicio de otros, principalmente los de menor tirada.
En la empresa argumentan que es una tendencia del mercado internacional que los grandes diarios hagan valer su capacidad de compra y obtengan mejores precios que el resto. Además, sostienen que el precio único hace competitivo a Papel Prensa para determinados clientes pero que el volumen que adquieren no es suficiente para hacer rentable el funcionamiento a tope de la capacidad, como también establece la ley.
Otro de los grandes interesados en la disolución de la ley es el Sindicato de la Industria de Papel de San Pedro, que teme por el futuro de los 475 puestos de trabajo por el mal momento que atraviesa la compañía.
Los trabajadores sostienen que como consecuencia del cambio de hábito del consumo y accesibilidad de información por los recursos tecnológicos, el mercado del papel de diario presenta un comportamiento de reducción sostenida del 10% al año. Este comportamiento que tiene lugar en todo el mundo, donde en los últimos años se evidenció un cierre masivo de fábricas de este sector.
Es por eso que el Secretario General del gremio, Gerardo Gelabert, le pide en una carta al Diputado Luciano Laspina que elimine la prohibición de vender cualquier tipo de papel que no sea el de diario. El objetivo de la empresa es encarar una reconversión hacia papeles de embalaje y así poder convertirse en una de las unidades productivas más importantes de la región y una fuente de exportación.
En tanto, los artículos 24, 25, 26 y 27 de la ley vigente regulan la cantidad de producción nacional y de importación de pasta celulosa y papel para diarios, a fin de asegurar el abastecimiento pleno del mercado local. Finalmente, el 40 obliga a Papel Prensa a "operar como mínimo a pleno de su capacidad operativa o de la demanda interna de papel (cuando ésta sea menor a la capacidad operativa)", y a presentar planes de inversión cada tres años.
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