Mariano Silvestroni, abogado de Rafael Llorens, denunció una serie de prácticas para conseguir que hablen los acusados a las que acuso de “instrumento de tortura”.
El abogado de Rafael Llorens, uno de los detenidos por la causa de las fotocopias de los supuestos cuadernos del chofer escribiente Oscar Centeno denunció como “un instrumento de tortura” las condiciones de detención de su defendido. De este modo, Mariano Silvestroni acusó al juez federal clarinista Claudio Bonadio de usar métodos de “ablande”.
“Se está aplicando la ley del arrepentido como un elemento de coacción”, declaró el letrado y la calificó como “un instrumento de tortura”.
“No le sucedió solamente a él”, agregó sobre su defendido y aseguró que “las personas en esta causa están detenidas al sólo efecto de confesar”.
“Esto es una vuelta a la época medieval. Pretenden extraer confesiones a partir del castigo físico, en este caso, con la detención o con traslados”, afirmó en declaraciones radiales y contó que a Llorens fue “sacado de la cárcel a las dos de la mañana y devuelto a las cinco de la mañana del día siguiente para ser notificado de una resolución que podía ser notificada en el penal”.
“En el interín fue abordado por el fiscal, sin la presencia de la defensa, y le pidió que declarase como arrepentido”, siguió sobre lo que calificó como un “método de ablande”.
“Es un instrumento de tortura. Decirle a una persona ‘yo lo meto preso y hasta que no confiese, no sale’, es torturarla”, acusó y afirmó que la práctica es “inconstitucional” ya que la Constitución Nacional “dice que no se puede obligar a una persona a declarar en su contra” y prohíbe los tratos crueles, inhumanos y degradantes, “y esto lo es, con la excusa de que podrían entorpecer la investigación”.
Luego se preguntó: “en esta causa, ¿quién tiene más posibilidades de entorpecer la investigación: el primo del presidente (Ángelo Calcaterra), que se fue a su casa, o ex funcionarios que hace dos años y medio que no están en el gobierno? Y ¿por qué motivo el primo del presidente no pisó un calabozo ni por un minuto, y los otros están presos? Porque uno aceptó sumarse al libreto, y los otros no”.
Por otro lado, el defensor de Llorens planteó que “algo que no tuvieron en cuenta los que se arrepintieron” es que “van a terminar procesados, embargados en miles de millones de pesos, van a perder sus bienes y sus empresas” y, entonces, tal vez “van a empezar a decir la verdad, que los presionaron”.
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