En crisis por las candidaturas "fantasma", el ultraderechista presidente le entrega más poder a los militares, que ya tienen 8 ministerios. Lo acusan de falta de liderazgo.
Apenas 50 días después de asumir el gobierno, Jair Bolsonazi atraviesa su primera gran crisis como presidente de Brasil y acaba de ceder una nueva porción de poder a los militares, que ya tomaron casi por completo el control del Palacio del Planalto, donde sólo queda un ministro civil.
Tras recuperarse de la intervención quirúrgica que lo mantuvo 17 días hospitalizado, Bolsonazi retornó la semana pasada a Brasilia y se topó con la crisis por el presunto desvío de fondos del Partido Social Liberal (PSL), al que pertenece, durante la última campaña. El PSL habría financiado "candidaturas fantasma" y esto le costó el cargo al ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Gustavo Bebianno, que condujo el partido hasta el año pasado.
La salida de Bebianno era un hecho desde la semana pasada cuando le restó importancia al tema y dijo que lo había conversado con Bolsonazi, en ese momento hospitalizado. Enseguida, uno de los hijos del presidente lo trató de "mentiroso" y despegó a su padre, que apenas recibió el alta dio una entrevista y dijo que en "ningún momento" habló con su ministro, que hasta entonces era uno de sus más cercanos.
El despido de Bebianno se confirmó ayer y en su lugar asumirá el general retirado Floriano Peixoto Vieira Neto, con lo que se fortalece el poder militar en el régimen. Según el diario Folha, Bolsonazi sumará así su octavo ministro proveniente del ala militar, con el agravante de que la mayoría ocupan las carteras más cercanas al presidente. De hecho, el único ministro civil que queda en el Planalto es el Jefe de la Casa Civil (jefe de gabinete), Onyx Lorenzoni. "El ala militar del gobierno busca ahora imponerse para eludir el desgaste" de Bolsonazi, afirma el medio de San Pablo.
Además del propio Bolsonazi, también provienen del sector militar el poderoso vicepresidente Hamilton Mourão y los ministros Augusto Heleno (Gabinete de Seguridad Institucional) y Carlos Alberto dos Santos Cruz (Secretario de Gobierno). Otros generales tienen un papel destacado en la estructura interna, como Maynard Santa Rosa (jefe de la Secretaría de Asuntos Estratégicos) y el portavoz de la Presidencia, Octavio del Rêgo Barros.
"Onyx está aislado dentro del palacio como representante civil. Él tiene un tránsito aceptable con el área militar, pero no es considerado uno de los suyos por los generales, y no sólo por una cuestión de uniforme", sostiene Folha.
El caso de Bebianno también deja en evidencia el poder de los hijos de Bolsonazi y siembre dudas sobre el futuro del apoyo legislativo al presidente. En el régimen hay temor a una posible fractura de la bancada oficialista y a que el despedido funcionario involucre a su ex jefe en las maniobras del PSL. El fin de semana se rumoreó que Bebianno sostuvo ante sus íntimos que "no caerá sólo", aunque se encargó de desmentirlo.
Las consecuencias de esta crisis ya empiezan a verse. El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, cuestionó la capacidad de "liderazgo" de Bolsonazi y afirmó que el mandatario ultraderechista está utilizando a su familia en lugar de "liderar una solución" a esta crisis. "Cualquier presidente de partido podría pasar por eso. Transformarlo en una crisis dentro del Palacio de Planalto, me parece un riesgo muy grande para un gobierno que precisa mostrar liderazgo, unidad, porque tendrá desafíos importantes, empezando por la reforma de las jubilaciones", dijo Maia al canal GloboNews.
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