Por Elena Llorente, desde Roma, Para Página/12
“Debemos estar dispuestos a pagar el precio” de lo sucedido y “tener la humildad de admitir que no somos perfectos”, necesitamos “coraje y audacia” porque el camino que emprenderemos no será fácil, dijo ayer a la mañana el arzobispo de Bombay y presidente de la conferencia episcopal de la India, cardenal Oswald Gracias, en el segundo día del encuentro mundial sobre abusos sexuales en la Iglesia que se realiza hasta el domingo en el Vaticano.
El cardenal de la India, que forma parte también del grupo de cardenales que asesoran al Papa Francisco, apuntó su dedo sobre todo contra los soberbios que no quieren reconocer sus propios errores o los de personas que están bajo su control.
“Ningún obispo debe ser dejado solo para afrontar este problema. Ningún obispo puede decir que lo de los abusos no lo toca porque en su país es diferente. Esto no es verdad. Hay casos en todo el mundo. Pero aun cuando fuera verdad, es necesario ser consciente de que debemos afrontar el problema juntos. Somos responsables por toda la Iglesia”, subrayó y más adelante agregó que “no hay que fingir que somos perfectos (…) A veces ignoramos la contribución de nuestros hermanos diciendo que solo el Papa nos puede dar órdenes”.
Según el cardenal de la India, el drama de los abusos sexuales ha revelado la presencia de un conjunto de factores, entre ellos psicopatologías, ambientes sociales que consienten el abuso, repuestas pastorales inexistentes o erróneas. “Es difícil corregir, debemos admitir que hemos cometido errores. Afrontar los abusos es un gran desafío, tal vez sin precedentes en la historia (…) Los abusos sexuales no están limitados al ambiente de la iglesia”, y tomando las medidas que debe tomar, “la Iglesia podría trasformarse en un modelo de la defensa de los niños”.
Los dos cardenales que intervinieron esta mañana coincidieron en los pasos que es necesario dar, desde elaborar “medidas preventivas” y ocuparse de las víctimas, no sólo escuchándolas sino dándoles justicia colaborando con las autoridades civiles de cada país en materia de denuncias.
Para elaborar líneas de comportamiento es necesario “consultar con expertos en materia de leyes civiles”, dijo el cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago, en Estados Unidos, y miembro del comité organizador de esta conferencia.
“Todos los mecanismos deben ser transparentes y conocidos por los fieles”, incluso a través de Internet, subrayó agregando que cada conferencia episcopal a su vez debe tomar medidas especiales para responder a las necesidades de cada país. “Si no hay una verdadera consciencia de responsabilidad a nivel personal y de la organización de obispos, será difícil hacer nuestro trabajo”, dijo después en la rueda de prensa de balance que se hace cada día en el Vaticano.
En la conferencia salieron a relucir también otros detalles bastante incisivos para el Vaticano, como el hecho de que nunca se hayan dado cifras sobre los casos de abusos. “Existe la voluntad de trabajar sobre esto. Todavía no se ha hecho un trabajo profundo sobre los números. Pero se hará”, dijo monseñor Charles Scicluna, arzobispo de Malta, miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe que recibe las denuncias dentro de la Iglesia y uno de los organizadores del encuentro. "Se intentará de esta manera entender mejor dónde y cómo se presentan estos fenómenos, cuántos casos hay, cuáles son las áreas geográficas, etcétera", explicó.
Antes de empezar la sesión de esta mañana, el moderador y ex portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, entregó a los 190 participantes de distintos continentes, una serie de documentos elaborados por Naciones Unidas sobre la violencia y abusos de menores. “Esta reunión, este compromiso eclesial, se inserta en una lucha mundial contra la violencia sobre los niños y podremos dar una contribución a esa lucha”, dijo.
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