El titular de Defensa anunció la compra de un software a Israel para "prevenir un ciberataque" y puso como ejemplo de esa amenaza la supuesta intervención de Rusia en el proceso electoral de Estados Unidos, un hecho negado la semana pasada por Trump y Putin. También se refirió a una guerra contra los narcos y el terrorismo. En ese sentido, anunció el envío de 500 militares a los pueblos de frontera de Salta, Formosa y Misiones y la formación de "fuerzas de despliegue rápido".
El ministro de Defensa, Oscar Aguad, sinceró que la "puesta en marcha de la reforma del Sistema de Defensa Nacional" anunciada ayer a la mañana por Mugrizio Macri Blanco Villegas implicará el accionar del Ejército como "fuerza disuasiva" en la zona de frontera para enfrentar acciones de grupos del narcotráfico y el terrorismo.
En el marco de una política de "guerra contra el narcotráfico", doctrina que disparó exponencialmente la violencia en otros países latinoamericanos, Aguad habló de la creación de "fuerzas de despliegue rápido con 10 mil hombres", pero puso plazos de cumplimiento de los objetivos para "los próximos diez años".
No se privó de nada "el Milico" en su afán por respaldar la reforma de las Fuerzas Armadas y su rol en la seguridad interna. En ese sentido, habló también de estar preparado para rechazar los ciberataques e incursionó en un terreno complicado, dado que justificó la compra de un software a Israel para que no ocurra como en las elecciones de Estados Unidos donde "Rusia intervino en el resultado".
Así, Aguad dio por hecha una dura acusación que es investigada en los Estados Unidos y fue negada la semana pasada por el propio presidente norteamericano, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin.
"El aparato que se va a adquirir es de origen israelí, no tiene que ver con la política de seguridad, tiene que ver con (prevenir) un ciberataque que comprometa nuestro sistema tecnológico", dijo y ejemplificó señalando que "Rusia intervino en el resultado electoral de la pasada campaña y eso tiene que ver con un ciberataque".
En tanto, el impresentable ministro confirmó un primer envío de 500 militares a las pueblos de frontera en Salta, Formosa y Misiones, que pasarán a 5 mil en un año, y aseguró que "van a contar con el equipamiento personal", mientras que señaló que actuarán de forma "complementaria" con la Gendarmería.
"Es un Ejército que tiene que ser más reducido pero con más tecnología y más capacidad para manejar la nueva tecnología", consideró Aguad, aunque confirmó que al reequipamiento de las fuerzas aún está en proceso. En ese sentido, también señaló la idea de crear "fuerzas de despliegue rápido con 10 mil hombres", lo que implicaría un 10 por ciento del total de hombres y mujeres con los que cuentan las Fuerzas Armadas en la actualidad, y puso el plazo de cumplimiento de la reforma anunciada para "los próximos diez años" porque "la actualización salarial de las Fuerzas Armadas va a llevar tiempo".
La intervención de las Fuerzas Armadas en seguridad interior está prohibido en las leyes de Defensa y Seguridad Nacional, y ratificado por el decreto 727 de 2006. Se especula con que el régimen macrifascisya anule ese decreto del ex presidente Néstor Kirchner y habilite con uno nuevo el cambio de doctrina, sin llevar al Congreso la modificación de las leyes.
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