El lunes próximo Lacunza presentará en el Congreso el proyecto de Ley de Presupuesto. El dólar se espera que promedie los $ 67.
El régimen macrifascista trabaja en los detalles finales del Proyecto de Ley de Presupuesto 2020 que deberá ingresar el lunes en el Congreso, con los números que seguramente deberá implementar Alberto Fernández el año próximo si en octubre es electo presidente.
La Ley de leyes que presentará Hernán Lacunza el lunes al mediodía reconoce que el año 2019 será para el olvido con una inflación del 53% acumulada a diciembre, un dólar que cierre el año entorno a los $ 61 y una caída del PBI del 2,6%, pese al buen dinamismo de las exportaciones. Pero es bastante más optimista respecto del año que viene: supone que la economía terminará con un crecimiento del 1% y una inflación acumulada del 34%.
El optimismo del equipo de Lacunza contrasta fuertemente con las expectativas del sector privado, que en el último REM ajustaron sus previsiones de modo tal que esperan que en 2020 la economía caiga un 1,1% adicional.
El crecimiento del año que viene no será tampoco para el entusiasmo porque obedecerá principalmente a la tracción de la demanda de externa que crecerá 1,3% y compensará la "absorción interna" del 0,3%. En otras palabras, no será una recuperación que se sienta en ostensiblemente en la gente de a pie: después de una caída del consumo privado en 2010 del orden del 5% (siempre de acuerdo a los datos oficiales, porque las estimaciones privadas son algo más pesimistas), el año que viene se recuperará un modesto 1,4%.
Por su parte, como parte de la "continuidad de la consolidación fiscal", en el equipo de Lacunza creen que el consumo público caerá 3%, suponiendo que el gobierno próximo deberá sostener el mismo nivel de este cuarto trimestre a lo largo de todo el año que viene. De esta forma, el consumo agregado apenas mostrará una recuperación del 0,7%.
La inversión, el otro gran elemento de la demanda interna, caerá 4,9% anual de acuerdo a las proyecciones oficiales producto del fuerte arrastre estadístico de 2019.
Esto es que puede ser que llegue al cuarto trimestre creciendo al 20%, pero comenzando muy rezagada a repuntar entre el segundo y el tercer trimestre, luego de un 2019 en el que habrá acumulado una caída del 23%.
La tibia recuperación de consumo doméstico se traducirá en un aumento de las importaciones del 1,3% en volúmenes para el promedio de 2020, tras una importante caída del 17,8% en 2020.
La demanda externa entonces será el principal dinamizador de la economía. El régimen espera que las exportaciones crezcan en volumen 7% -algo menos que el 8,4% proyectado para este año- y que por lo tanto se llegue el año próximo a un superávit de balanza de pagos de 17.500 millones de dólares, es decir incluso mayor que los 16.100 millones de 2019.
Este repunte de las compras al resto del mundo irá de la mano de una ligera apreciación cambiaria: para el año próximo los funcionarios estiman que el dólar subirá menos que la inflación y que promediará los $ 67. Si efectivamente comienza el año en la zona de los $ 61, podrá terminar en diciembre de 2020 entre los $ 74 y los $ 75. En tanto que la inflación promediará el 44% anual.
En línea con una balanza de pagos superavitaria, el proyecto de Ley de Presupuesto estima que el año próximo tendremos un cuenta corriente también superavitaria del orden del 0,4% del PBI, algo menos que el 0,9% con el que esperan que cierre este 2019.
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