Para la consultora Ecolatina, "si bien el impacto de la medida fue positivo en las distintas cadenas de supermercados relevadas, no fue así para el canal tradicional (autoservicios y almacenes)".
Luego de la aplastante derrota electoral sufrida el 11 de agosto, el régimen macrifascista decidió instrumentar un paquete de medidas entre los que figura la reducción de IVA a productos de la canasta básica.
La idea de que el relevante esfuerzo fiscal asociado no hiciera otra cosa que darle aire a los comercios sin mejorar la situación del electorado fue vista como una señal de alerta por parte de buena parte de la población.
En ese marco, la consultora Ecolatina destacó que “si bien el impacto de la medida fue positivo en las distintas cadenas de supermercados relevadas, no fue así para el canal tradicional (autoservicios y almacenes)”.
En un informe publicado ayer, Ecolatina afirmó que en estos comercios no se observó una reducción de precios en ninguno de los grupos relevados, lo cual implica que en autoservicios y almacenes aprovecharon el crédito fiscal para recomponer márgenes en un contexto de ventas muy deprimidas.
“Si bien el impacto de la medida fue positivo en las distintas cadenas de supermercados relevadas, no fue así para el canal tradicional. En estos comercios no se observó una reducción en ninguno de los grupos relevados, lo cual implica que estos comercios aprovecharon el crédito fiscal para recomponer márgenes en un contexto de ventas muy deprimidas", señaló.
No obstante, señaló que la quita del IVA sobre alimentos de primera necesidad fue exitosa en su objetivo de compensar parcialmente la degradación de ingresos reales que sufrió buena parte de la población y agregó que “es necesario plantear la posibilidad de continuar con la misma en la medida que el espacio fiscal así lo permita”.
Cabe destacar que desde hace más de una década Ecolatina realiza un IPC propio y que a partir de los precios que lo componen analizaron el comportamiento de un amplio set de precios.
Tomando los bienes de consumo masivo (alimentos y bebidas, artículos para el hogar y artículos de cuidado personal) vendidos en cadenas de supermercados, el promedio simple de variaciones para este set de productos entre la primera quincena de julio y mismo periodo de agosto fue 1,3%, claramente por debajo del periodo pasado (se observaba un lento proceso de desinflación), señaló la consultora.
Sostuvo que la primera parte de agosto mostraba una inflación cercana al 2% en un contexto de calma cambiaria. Y agregó que el resultado de las elecciones cambió este panorama. De esta manera, indicó que durante la segunda quincena de agosto estos precios crecieron 5,2% en promedio.
En tanto, destacó que de los diez grupos de alimentos que mostraron deflación durante la segunda quincena del mes nueve responden a aquellos beneficiados por la quita del IVA. Al mismo tiempo, afirmó que prácticamente todos los grupos que desaceleraron su variación respecto a la primer quincena fueron grupos alcanzados por la medida, mientras que el resto se aceleró.
“Dentro de aquellos afectados solo harina de trigo y yogur muestran aumentos significativos. En el primer caso, el salto cambiario arrastró al precio del trigo (bien dolarizado) y por lo tanto de la harina, es por esto que el aumento, si bien significativo, es menor al que se hubiera registrado si la medida no se hubiera llevado adelante”, analizó.
“Si tomamos el promedio de variaciones entre aquellos grupos afectados por la medida el efecto es todavía más claro. Mientras que los primeros registraron una deflación promedio de casi un punto porcentual, los segundos sufrieron un crecimiento superior al 7%”, concluyó.
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