miércoles, 11 de septiembre de 2019

En el kirchnerismo debaten cómo seguir con la campaña

Cristina viajó de improviso a Cuba y canceló un acto el sábado en La Matanza. Alberto, en tanto, posterga definiciones.


En el kirchnerismo cuentan los días y debaten cómo seguir con la campaña hasta octubre, cuando todavía falta más de un mes y medio para las elecciones.

Autorizada por el Tribunal Oral Federal 2, Cristina Fernández de Kirchner viajó esta madrugada de manera sorpresiva a Cuba (ver nota aparte en esta misma edición). 

Desde el Instituto Patria aseguran que el viaje estaba previsto, aunque la ex Presidenta debió suspender las actividades que tenía confirmadas para los próximos días. Tenía en agenda un acto para presentar su libro este sábado en la Universidad de La Matanza, con las invitaciones realizadas. Se deberá reprogramar.

Alberto Fernández también suspende algunas actividades, mientras hace equilibrio sobre cómo seguir. La situación es delicada: tanto en sus viajes locales como en el exterior lo reciben como un presidente electo -e incluso le piden espacios para el próximo gobierno- aunque en rigor todavía nadie lo eligió.

"No puede tomar definiciones ni tampoco anunciar su gabinete hasta que gane en octubre", admiten desde el Frente de Todos. Por eso programa algunos actos y se mantiene en un lugar incómodo tratando de que no lo acusen de desestabilizar a Miauricio Macri Blanco Villegas pero tampoco regalando espacio en la campaña. 

En ese marco, viajará hoy a Tucumán para una serie de actividades con Juan Manzur y el fin de semana irá a la misa por José Manuel de la Sota y buscará una reunión con Juan Schiaretti.

"Acotarán la campaña a visitas a lugares estratégicos", repiten desde el núcleo de Alberto, donde resaltan que necesitan los votos de Córdoba y que el acto con Manzur es clave para ampliar la diferencia que cosechó en el norte. 

"Es complicado que otros gobernadores o dirigentes le armen ahora un acto donde ya sacaron muchos votos y tienen la victoria garantizada", admiten en el albertismo, donde además la señal es clara: "silenciar" a la mayoría de las segundas líneas y esperar el momento del debate sin exponerse. Hasta entonces, sólo Alberto será quien lleve la voz oficial y se preste a entrevistas.

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