La corrida cambiaria que se vivió desde fines de abril y que se extendió hasta la primera quincena de mayo, sumado al aumento de tarifas de luz, gas y agua que se registró desde diciembre del año pasado, dejaron en una situación difícil de afrontar a los inquilinos de la ciudad de Buenos Aires que, en algunos casos, deben rescindir los contratos ante la imposibilidad de poder cumplir con el pago.
Un relevamiento de Inquilinos Agrupados asegura que los alquileres aumentaron un 14% durante los primeros 4 meses del año y que en el mismo período, la inflación medida por el INDEC fue del 9,6%. Además, se le suma la carga de los aumentos de los servicios públicos que se registraron desde diciembre de 2017 a la fecha.
Cabe recordar que el Ministerio de Energía, a cargo del CEO Juan José Aranguren, actualizó los cuadros tarifarios para el servicio de gas y de electricidad en diciembre de 2017 con un aumento del 58% en el primero y de hasta 70% en el segundo (en dos tramos: diciembre 2017 y febrero 2018).
Asimismo, hubo una nueva suba de la tarifa del servicio de gas, que se comenzó a aplicar desde el 1 de abril de 2018, de hasta 40% en los hogares.
Por otra parte, el servicio de agua tuvo un incremento en mayo de este año de 26%, tal como había propuesto la empresa estatal AySA en una audiencia pública.
Las tasas de ABL en la ciudad de Buenos Aires aumentarán 20% en promedio este año. En ese contexto, el tope de aumento será de 23,4%. La novedad se desprende presupuesto para 2018 de la Legislatura porteña.
En ese contexto, desde Inquilinos Agrupados señalaron que si se proyectan estos números para todo el año, los alquileres en 2018 van a aumentar un 48%, mientras que la inflación va a ser 31,65%.Y agregaron que los inquilinos destinan un porcentaje cada vez mayor de sus ingresos en el pago del alquiler, por lo que "muchos están rescindiendo anticipadamente sus contratos porque no pueden pagar".
Gervasio Muñoz, presidente de la organización, remarcó que si un porteño con un ingreso de $ 21.000 quería alquilar en enero pasado un dos ambientes en Almagro de $ 10.000, debía destinar el 47% de sus ingresos en el pago del alquiler (sin contar expensas, impuestos ni servicios).
Al respecto, añadió que "el fenómeno que estamos viviendo es atípico, si la mitad de un ingreso se va en el alquiler y otro 20% se lo llevan las expensas, impuestos y servicios, a los inquilinos no les queda margen para cubrir el resto de sus gastos. Esta situación se manifiesta en el aumento de rescisiones anticipadas de contrato y en el atraso en los pagos. Mientras no se regule la rentabilidad propietaria, cada vez más inquilinos vamos hacia un lugar en donde no vamos a poder sostener el pago del alquiler y los propietarios no van a poder cobrarlos".
Según Muñoz, el de las expensas es el tema más controvertido de todos porque no hay ningún tipo de control. "El impacto de la suba del dólar en precios ya se dio y eso impacta en las expensas. Este año aumentaron todos los meses y en algunos casos están llegando a representar el 50% del precio del alquiler", detalló.
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