La bomba de profundidad que detonó la corrida y escrituró el fracaso del gradualismo, podría ofrecer luego del acuerdo con el FMI otro de sus efectos más contundentes: el ex hijastro de Flavia Palmiero analiza reducir drásticamente su gabinete de 23 ministros, como le reclama de manera cada vez más intensa el círculo rojo.
Esas recomendaciones fastidian a Macri Blanco Villegas que las vive como presiones, pero la realidad no le está dejando mucho margen para insistir con un diseño de gabinete que se demostró muy ineficaz para conducir el proceso de ordenamiento macroeconómico. Los rumores tomaron fuerza luego de que se intensificaran las visitas de Nicolás "Nicky" Caputo a la Casa Rosada.
Caputo es un crítico del diseño gradualista y la fragmentación de la conducción económica y en los ochos años del gobierno porteño funcionó como el número dos del hijo bobo de Franco Macri. En el paso a la Casa Rosada eso se terminó y si bien nunca perdió el diálogo personal con su mejor amigo, tomo distancia del régimen y aumentó los períodos que pasaba en Miami.
Es el vínculo más directo de Macri Blanco Villegas con el mundo empresario y su regreso a la Casa Rosada fue pensado para enviar un mensaje a ese mundo, ya que en rigor nunca dejó de visitar al subnormal en su quinta Los Abrojos y en la residencia de Olivos. El problema es que Caputo ya no tiene una red de funcionarios de confianza como tenía en el régimen fascista porteño, de manera que tampoco está en condiciones de ejercer una conducción como en los mejores momentos del macrifascismo.
El principal foco de la crítica apunta a los dos vicejefes de Gabinete, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, que lejos de ordenar el proceso y conducir a las casi dos docenas de ministros, terminaron metiendo aún más ruido a un gabinete económico que pasa más tiempo tratando de coordinarse, que resolviendo los graves problemas del país.
Marcos Peña Braun Menéndez como jefe directo de ambos también quedo tocado por la crisis y su sugestiva gira diplomática por el Reino Unido y próximamente Nueva York -cuando las críticas negociaciones con el FMI ingresan en el tramo final-, alimentaron las versiones de un futuro pase a la Cancillería.
Esto sin embargo, no está para nada confirmado y en el régimen reconocen que Peña Braun Menéndez es insustituible para Macri Blanco Villegas y volverá a ser su estratega y jefe de la campaña por la reelección.
Las versiones de fuertes cambios luego del acuerdo son ya el principal tema de conversación en el gabinete donde nadie puede confirmar exactamente como será, pero hay cada vez más certezas que luego del acuerdo con el FMI se concretaría, como gesto de austeridad frente a un proceso de ajuste que se sabe será duro.
El indicio más fuerte de esto es que la cúpula del régimen suspendió la exigencia a los ministros para que presenten un plan de ajuste de las áreas a su cargo que les había hecho Nicolás Dujovne en su debut como coordinador económico. La excusa fue que esperen hasta el acuerdo con el FMI. "En realidad se postergó, porque no se sabe quienes de esos van a seguir siendo ministros", explicó una fuente al tanto de lo que ocurre.
El círculo rojo, es decir políticos, empresarios, líderes de opinión, le vienen pidiendo a Macri Blanco Villegas que reduzca su gabinete a una cifra en torno a los históricos ocho ministros y empodere un conductor de la economía. El idiota confeso envió una tibia señal en ese sentido al nombrar a Dujovne coordinador, pero no tiene mando legal ni controla la firma de quienes debe coordinar y algunos -como Guillermo Dietrich- directamente no le reconocen ese rol.
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