El amistoso que Israel y la selección argentina iban a disputar el próximo sábado en Jerusalén quedó suspendido ayer a la tarde, luego de la escalada de violencia, amenazas y críticas gubernamentales que recibió el capitán Lionel Messi y la delegación albiceleste en Barcelona.
La Selección argentina llegará al mundial de Rusia sin jugar contra Israel. El partido programado para el sábado 9, a una semana exacta del debut mundialista contra Islandia, fue suspendido.
Los propios jugadores del plantel que dirige Jorge Sampaoli plantearon su incomodidad por jugar en Jerusalén tras las protestas de grupos pro-palestinos en el entrenamiento realizado ayer en Barcelona. Allí, los manifestantes protestaron con camisetas argentinas manchadas de sangre.
El partido estaba previsto que se disputaría en el estadio Teddy Kollek de Jerusalén, construido en un predio donde antes se erigía una aldea palestina.
Siempre que la Selección jugó con Israel de visitante, una cábala en la previa de varios mundiales desde la victoria antes de México 86, lo hizo en Tel Aviv. Jugar en Jerusalén implicaba un gesto político en pleno escándalo por el traslado de la embajada norteamericana a la Ciudad Santa, venerada por los tres religiones monoteístas que conviven en Oriente Medio.
La decisión de Donald Trump de tasladar la embajada estadounidense, en un apoyo indisimulado a Israel, hizo recrudecer la violencia en la región y agregó un condimento inesperado a la gira de la Selección previa al campeonato mundial.
El presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub, encabezó la protesta contra la decisión de la AFA y personalizó la campaña contra el amistoso ahora cancelado en la figura de Lionel Messi.
“Messi cuenta con muchos millones aficionados en los países árabes y musulmanes", había advertido el dirigente. Poco después, el propio Messi planteó su negativa a jugar en Jerusalén.
Jorge Sampaoli había mostrado su disconformidad por el partido, dado que viajar a Oriente Medio implicaba interrumpir las jornadas de entrenamiento en Barcelona. Cancelar el partido, con el plus de la presencia de Messi, implicará para la Selección dos millones de dólares. Ahora, el partido con Haití en la Bombonera quedará como el último choque antes de debutar en Rusia 2018.
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