Acorralada por menores ventas ante la pérdida de poder adquisitivo y por la apertura de las importaciones, Mabe, la empresa de origen mexicano que fabrica productos de línea blanca, cerrará su planta de Haedo, dejando un tendal de 120 trabajadores en la calle.
Según confirmaron fuentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la multinacional que arribó al país en 1998, dejó a partir de ayer de producir.
Desde Mabe afirmaron que la compañía “está concentrando la fabricación de sus plantas en todo el mundo alrededor de productos específicos, con el fin de aprovechar mejor los recursos para no incrementar sus precios y ofrecer productos de calidad al consumidor final”. En 2012, durante un acto en la sede de Haedo, ubicada en Valentín Gómez 151 de esa localidad bonaerense, se inauguraba una nueva línea industrial de fabricación de lavarropas de carga frontal.
La empresa cuenta con más de 20 fábricas en la región y se especializa en la producción y comercialización de electrodomésticos. Opera en Argentina con el sello propio de Mabe y lidera gran parte de los negocios de electrodomésticos bajo las marcas Patrick y General Electric apuntando al segmento medio de consumidores. La planta de Haedo cubre la distribución de los tres grupos del mercado.
Las actividades de Mabe como productora en Argentina -hasta entonces sólo importaba- comenzaron con un joint venture con la empresa Fagor. En 2003 compró el 100 por ciento de ese paquete accionario. Desde 2004 la filial argentina de Mabe creció al calor de medidas de protección de sectores sensibles en términos de valor agregado y creación de empleo. Ese año puso en marcha la línea de producción para un nuevo sistema de refrigeración para heladeras.
Al año siguiente se amplió la capacidad productiva de su planta de heladeras en San Luis. En 2006 comenzaron a fabricar el primer modelo con sistema “No Frost Nacional”. Al siguiente, ampliaron la capacidad productiva de esa línea de montaje y de la planta de cocinas. En ese momento, la empresa contaba 14 modelos de heladeras, cinco de cocinas, dos de microondas y tres de lavarropas. Y en 2012, con una inversión de 30 millones de pesos, se inauguró la planta de Haedo, que empleó a 120 trabajadores, ahora despedidos.
Cuando el régimen macrifascista flexibilizó el comercio exterior, en 2016, el titular de Mabe Argentina, Abel Burgos, alertó sobre la caída del consumo y la “pérdida de competitividad de sus fábricas por la inflación y el mayor ingreso de productos importados”. En ese momento, Burgos reconocía que el “cambio brusco de la devaluación afectó al mercado”. La caída en la venta de línea blanca se fue profundizando desde entonces. Según un informe de la Universidad de Avellaneda, el saldo negativo de la balanza comercial entre 2015 y 2017 se profundizó en línea blanca y electrónica, donde la producción se retrajo 41 por ciento.
A fines del año pasado, la empresa designó a Brenda Mac Lennan como gerenta de Recursos Humanos en Argentina, cuyo objetivo era “fortalecer la cultura de trabajo a través de la filosofía de la compañía”. La filosofía se topó con la evidencia empírica de un mercado externo con escasa regulación y un descuido del mercado interno que se cobró una de las dos plantas de Mabe en el país. Desde la compañía no hicieron comentarios sobre la posibilidad de reubicar a algunos de los cesanteados ni la migración de la producción a las instalaciones en San Luis. “Nuestro deseo es seguir ofreciendo la tecnología más innovadora a nuestros clientes”, se limitó a señalar la empresa, lo que seguro hará importando sus productos.
Fuente: nota Crisitan Carrillo para Página/12
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