El golpista hijo de puta decretó ayer que la seguridad pública del Estado de Río de Janeiro pasará a manos de las Fuerzas Armadas de forma indefinida. El decreto deberá ser autorizado por el Congreso.
El presidente de facto de Brasil, Michel Temer, decretó ayer que la seguridad pública del Estado de Río de Janeiro pasará a manos de las Fuerzas Armadas de forma indefinida. La medida encarga a las Fuerzas Armadas el comando de la Policía Civil y de la Policía Militar del estado de Río de Janeiro, los dos principales cuerpos encargados de mantener la seguridad en las calles.
La decisión se tomó el jueves en Brasilia, reunión en la que participaron Temer y el gobernador del estado de Río, Luiz Fernando Pezão, entre otras autoridades.
El mandatario golpista designó que el interventor será el general Walter Souza Braga Neto, uno de los responsables del esquema de seguridad especial diseñado para los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Tal como prevé la Constitución, el Congreso Nacional será convocado para autorizar el decreto: la Cámara de Diputados y el Senado tendrán un plazo de diez días para dar su luz verde.
Durante esta intervención la Constitución no puede ser alterada, algo que puede afectar a la aprobación de la reforma del sistema de pensiones, una Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC) cuya votación iba a realizarse la semana que viene.
En la reunión en que el régimen decidió intervenir en el área de seguridad del estado de Río también se decidió crear un nuevo ministerio, el de la Seguridad Pública.
Hasta ahora la seguridad pública era un segmento dentro del ministerio de Justicia; con esta decisión Temer pretende darle un rango superior, aunque la existencia de esta nueva cartera podría ser temporal, hasta que se apaciguase la crisis de violencia.
El estado de Río vive desde hace meses una situación de descontrol en la seguridad pública asumida por el propio Gobierno de ese estado, quien tiene las competencias en esa área.
En numerosas ocasiones se ha requerido la intervención puntual de las Fuerzas Armadas para apoyar operaciones policiales en favelas, hasta el punto de que el ministro de Defensa, Raul Jungmann, criticó que este recurso es un parche que no soluciona ningún problema a largo plazo.
Durante los días de Carnaval el desgobierno en la seguridad de Río quedó más patente todavía, con un aumento notable de robos, atracos y el asesinato de tres agentes de la Policía Militar. (Sputnik).
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