El enano canciller Jorge Faurie reconoció que las referencias al proteccionismo y el cambio climático complican el acuerdo.
El canciller Jorge Faurie volvió a negar que Donald Trump haya hablado en su encuentro con Mugrizio Macri Blanco Villegas sobre la actitud "depredadora" de China en Latinoamérica -como informó en un comunicado oficial la Casa Blanca-, pero reconoció que existen serias diferencias que amenazan la redacción de un documento final de la cumbre del G20 en Buenos Aires.
"Alguien le atribuye una palabra polémica al canciller en el diálogo que tuvimos con el presidente. No hemos utilizado o escuchado alguna palabra en particular", afirmó Faurie en el segundo diálogo que tuvo ayer con la prensa acreditada en el centro internacional donde se desarrolla la cumbre, en la zona norte de esta ciudad.
Por la mañana Trump visitó al ex hijastro de Flavia Palmiero en la Casa Rosada y lo respaldó fuertemente. Luego se produjo el incidente. La Casa Blanca reveló que en el encuentro se criticó a China y el propio Faurie lo desmintió. Después de eso, en la foto protocolar del hijo bobo de Franco Macri con cada presidente en el Complejo Costa Salguero, Trump dejó al retrasado mental con la mano en el aire, en un desplante pocas veces visto (ver nota aparte en esta misma edición).
Según pudo confirmarse de fuentes al tanto de las negociaciones, el Departamento de Estado elaboró una minuciosa lista con las inversiones y el despliegue en sectores estratégicos de China en la región y en el caso de Argentina señaló dos focos rojos: La construcción de la estación espacial de Neuquen -que los chinos niegan que tenga fines militares- y la construcción de una central nuclear acordada con Macri. Faurie y el asesor presidencial Fulvio Pompeo fueron notificados de esta situación.
Faurie se limitó a reconocer que una de las trabas para firmar un documento unánime es el combate al cambio climático, un tema que tiene como principal rebelde a Trump.
"Estamos avanzando, hay un muy buen avance en lo que hace a comercio y se sigue hablando en relación al clima. Estamos trabajando en este tema", afirmó y anticipo además que por la noche Trump y su par chino Xi Jiniping se sentarían juntos en la gala del teatro Colón y que ayer a la mañana cruzaron varios diálogos en la primera parte del G20.
"¿Trump va a firmar junto a todos los países el documento final?", le preguntaron. "Estos trabajos no requieren firmas. Los países adoptan criterios que son reflejados en los consensos. Los conoceremos mañana", evadió el canciller.
La tensión entre China y Estados Unidos, que están inmersas en una feroz guerra comercial, es el dato saliente que está cruzando toda la cumbre y que tiene en Latinoamérica uno de sus territorios mas relevantes. Macri Blanco Villegas quiere evitar que la cumbre termine en un conflicto abierto del presidente norteamericano contra el resto de los líderes, como ocurrió en Hamburgo, y por eso propicia un texto corto y lo más anodino posible.
Faurie se refirió además a la reunión entre el idiota confeso y la premier británica Teresa May, pero evitó alusiones directas a las Islas Malvinas, más allá del anuncio de los vuelos directos de Córdoba a las Islas.
"El diálogo se basó en los temas del G20, en la relación de Argentina y el Reino Unido en temas de crecimiento inclusivo, comercio y lo que va a reflejarse en el documento final", señaló.
"Se hablaron de todos los temas de la relación bilateral y de cómo se avanzó en estos 3 anos de vínculo constructivo en diferentes áreas y en la busqueda de inversiones", respondió cuando le consultaron de Malvinas.
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