Tratando de explicar lo inexplicable, la tullida vicepresidenta admitió que hubo un "error" de protocolo y aclaró que no llegó tarde.

Michetti, que pudo interceptar y darle la bienvenida al jefe de Estado cuando estaba por subirse a su auto oficial, admitió que "seguramente hubo alguna responsabilidad de gente del protocolo" durante la recepción, pero indicó que el papelón "no tiene demasiada trascendencia".
"Estuve una hora y cuarto antes en la pista esperando que llegara el avión. Salí temprano de casa", comenzó Michetti con su relato sobre lo sucedido. "Teníamos tiempo de sobra", agregó. En ese momento, la funcionaria estaba acompañada por el vicecanciller Daniel Raimondi y el embajador francés en Buenos Aires, Pierre Henri Guignard.
Los cortocircuitos se desencadenaron cuando el avión tocó tierra. "Cuando ponen la alfombra roja y arranco con la silla como para ir, una persona de protocolo me dice: 'no, no, la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) nos dice que esperemos, Macron no está bajando", continuó la pelotuda en declaraciones radiales.

En ese recorrido le dio un saludo cordial al personal aeroportuario que portaba "chalecos amarillos". Casualmente, esa vestimenta es un símbolo de las revueltas en Francia contra su gestión.
"Bajó primero un grupito de 6 o 7 personas. En ese momento el vicecanciller y el embajador dicen que estaba bajando Macron", precisó Michetti. "Serían unos 20 metros, ahí arrancamos volando. ¡Salimos no sabés cómo! Casi me mato, me enganché el pantalón en la rueda y enseguida lo agarramos cuando se subía al auto", relató.
En un improvisado francés, Michetti habló unos minutos con el mandatario sobre la pista de aterrizaje para luego partir rumbo al hotel Intercontinental, ubicado en el barrio de San Telmo.
"No le doy demasiada trascendencia, y creo que él tampoco", aseguró la tullida hija de puta sobre la charla "descontracturada" que tuvo con Macron. "Se mató de risa", indicó.
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