lunes, 8 de octubre de 2018

El negocio olímpico de Rodríguez Larrata y los amigos del poder que se beneficiaron con las obras

Sobreprecios, adjudicaciones dudosas y aportantes de campaña haciendo negocios con el Estado. Un presupuesto que se multiplicó por la devaluación.


Desde el sábado, los Juegos Olímpicos de la Juventud (JJOOJ) Buenos Aires 2018 atraen la atención del mundo y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larrata, busca utilizarlos como un trampolín político.

Sin embargo, detrás de una fiesta deportiva inédita para el país se esconde una trama de negocios y deudas para la ciudad Buenos Aires.

Empresarios que figuran como aportantes de las filas de Cambiemos y compañías amigas del oficialismo se beneficiaron con las obras realizadas para los JJOOJ, que costaron una millonada más de lo prometido por Rodríguez Larrata y su antecesor, Mugrizio Macri Blanco Villegas, debido a la devaluación.

Un costo récord

En 2013, la CABA (conducida por Macri Blanco Villegas) presentó su candidatura a los JJOOJ con un plan presupuestario calculado en U$S 231 millones de dólares y estipuló que la divisa cotizaría a $ 4,50 para 2018 (el documento se puede revisar aquí). Es decir que, según las previsiones del régimen (que incluso estaban por debajo del valor de la moneda extrajera en es momento) el evento tendría un costo de $ 1040 millones.

Aquel cómputo establecía dos grandes grupos de erogaciones: U$S 126,4 millones para la construcción de la Villa Olímpica y mejoras urbanas y U$S 104,69 millones para gastos deportivos.

El cálculo quedó muy lejos de los picos por encima de $ 40 que se presentaron en los últimos meses por culpa de las propias políticas económicas del hijo bobo de Franco Macri, ya como ocupante de la Casa Rosada.

De esa forma, el desbarajuste monetario provocado por el macrismo infló de forma abismal el gasto(sin contar algunos aumentos de presupuesto que fueron declarados públicamente por las autoridades intervinientes en los JJOOJ) y consiguió superar el récord de sobrecosto en competencias olímpicas, ostentado por Montreal 1976.

En los cálculos más bondadosos, el régimen fascista de Rodríguez Larrata gastó al menos $ 8000 millones (Es decir un 769% de lo calculado), sin embargo, hay quienes estiman el doble de ese monto, como el periodista Ernesto Rodríguez en su web Ephecto Sport

El negocio inmobiliario de los amigos del poder

El régimen porteño realizó más de 20 licitaciones para desarrollar la infraestructura de la Villa Olímpica y los distintos complejos deportivos por un total que supera los 3.400 millones de pesos y varias de esas compulsas fueron otorgadas a empresarios cercanos al macrifascismo.

La empresa que más rédito sacó de las construcciones de Buenos Aires 2018 fue CRIBA, un habitual proveedor del régimen porteño en obras de gran envergadura, que se adjudicó cuatro licitaciones por $ 750.706.226. Los dueños de CRIBA son los hermanos Alberto y Eduardo Tarasido, quienes, a través de pequeños aportes donaron $ 830.000 a la campaña presidencial de Macri Blanco Villegas, según el estado contable que el PRO presentó al 31 de diciembre de 2015.

Entre las obras a su cargo está la construcción de los pabellones A3 y A4, dos estadios multideportes que el régimen presupuestó en $ 160.853.907. Sin embargo, los empresarios macrifascistas se llevaron el pliego por $ 168.646.365 (un incremento de casi 5%) pese a ser una de las ofertas más caras.

Por su parte, la empresa Niro Construcciones se quedó con la obra de mayor valor: El Pabellón C, que albergará las piletas de natación. El presupuesto era de $ 504.736.585, pero fue otorgada por $ 508.091.151.

El propietario de la constructora es Lucio Niro, quien tiene varios vínculos con el régimen, según afirma el periodista Ernesto Rodríguez en su portal Ephecto Sport. De hecho, a nombre de la compañía se aportó medio millón de pesos a las arcas del PRO en 2015.

Si bien la ley electoral sólo permite aportes a título personal, las empresas esquivan la prohibición haciendo una donación directa a las arcas del partido y no a las cuentas de campaña.

Otro caso particular es el de Sudamericana S.A. firma que se consiguió la construcción del paquete Viviendas VIII de la Villa Olímpica y las obras de los Pabellones A1 y A2. Entre los integrantes de la empresa figura el chileno Rudi Boggiano Leupolt, quien forma parte del Foro de Desarrollo Urbano de la Ciudad, un consejo que asesora a Rodríguez Larrata en sus anhelos de trascender mediante la Obra Pública.

Entre los planes del responsable político de la muerte del Dr. Favaloro existe una vieja intención de trasladar en el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) a Villa Soldati (donde se construye la Villa Olímpica) para que el régimen puede disponer de las valiosas tierras que ocupa el ente en Núñez para un millonario negocio inmobiliario.

En el caso de los Pabellones multipropósito, la apertura de sobres de la licitación arrojó dos ofertas más bajas que la de Sudamericana, pero estas fueron desestimadas por diversos motivos. De acuerdo con el resultado de la Licitación Pública 1192-SIGAF/16, la obra estimada en $185.438.901 fue adjudicada por $ 194.988.604 (un 5,15% por encima del presupuesto calculado). En tanto que con las viviendas se da una situación similar, ya que sobrepasa casi en un millón de pesos el presupuesto oficial, a pesar de que existía una oferta por debajo de ese valor.

Al igual que en toda la Obra Pública vinculada a Cambiemos, el amigo de Macri Blanco Villegas, Nicolás Caputo, también participó en las obras olímpicas. Fue a través de SES SA, que entre 2014 y 2015 se encargó de demoliciones en el Parque de la Ciudad ($ 6.990.315.00). En marzo de 2016, Caputo se desprendió de la empresa.

Otra importante obra vinculada a los amigos del macrifascismo es la edificación de Villa Olímpica. Viviendas III ($ 148.823.367), que se otorgó a una unidad transitoria entre Emaco S.A. y Lanusse S.A. dos firmas cercanas al régimeno que presentaron la única oferta por debajo del presupuesto y muy lejana a los otros oferentes.

En Emaco figuran como socios Federico Bensadón y Alberto Gutiérrez, que también son parte de la compañía que tiene la concesión de Costa Salguero (Telemetrix SA), el tradicional búnker de Cambiemos. De Telemetrix también participa Fernando Polledo Olivera, esposo de la diputada electa Carmen Polledo.

Mientras que dos integrantes de la familia Lanusse que participaron del directorio de la empresa en distintas épocas, incluso su actual presidente Roberto Fernando, donaron $ 63.000 al PRO en 2015.

Además de estas empresas también recibieron obras: Bricons, liderada por Mario Raspagliesi, quien aportó un millón de pesos al PRO ($ 500.000 a su nombre y 500.000 a nombre de la firma El Mistol, según detalla Ernesto Rodríguez); Dycasa, compañía en la que fue gerente el funcionario Pablo Rafael Aragone; y Conorvial, que tiene como vicepresidente a Ricardo López Casanegra, quien aportó $ 200.000 a la campaña.

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