El ex presidente además vació la estructura periodística del sitio que contiene fallos claves y controlaba su protegida María Bourdin.
Ricardo Lorenzetti planeaba abrir ayer junto a Mugrizio Macri Blanco Villegas el acto del J20, el brazo judicial de la cumbre del G20 en la Argentina. Iba a ser uno de sus momentos definitivos, consagratorio, en el relato que venía construyendo con paciencia desde que accedió por primera vez a la presidencia de la Corte Suprema.
Desplazado de ese lugar semanas atrás, Lorenzetti no tuvo el momento de brillo que había imaginado junto al retrasado mental y lideres del mundo. Tuvo que ceder los reflectores a su reemplazante Carlos Rosenkrantz.
El nuevo titular de la Corte se llevó así la foto junto al ex hijastro de Flavia Palmiero y jueces de todo el mundo, en lo que fue su debut al frente del máximo tribunal. Por eso no pudo ocultar su molestia durante el acto, en un clima de tensión que crece desde la jugada en la que impidieron que fuera reelecto y que ahora tiene al Centro de Información Judicial (CIJ) como campo de batalla.
En duros términos, Rosenkrantz puso en evidencia el malestar al publicar anteaoche una resolución en la que ordena la "restitución" del acceso al CIJ y a sus contenidos, ya que cuando Lorenzetti se fue, se llevó con él las claves del CIJ que controlaba su protegida María Bourdin y en una decisión que bordea lo irracional, cerró el sitio que desde entonces está congelado y sin posibilidad de acceder a sus contenidos.
En Tribunales creen que es un tema delicado porque en el CIJ está la base de datos de los fallos. El secuestro virtual de esa información abre derivaciones inquietantes. Por eso, con esta resolución, Rosenkratz busca también dejar un precedente administrativo como para eventual acciones legales.
La denuncia se agrava porque dicen que Lorenzetti vació el sitio de información de la Justicia, dejándolo sin personal. Como contó este medio, cuando el ex titular supremo se dio cuenta de la maniobra para sacarlo de su lugar, se llevó a su vocalía a Bourdin y a su segundo, Pablo Méndez, al igual que a varios empleados del CIJ a quienes dispersó en distintos organismos que dependen de la Corte, reduciendo el staff de empleados a menos de la mitad.
El trabajo del CIJ quedó prácticamente congelado, por eso en la Resolución N° 3038/2018, Rosenkrantz hizo un repaso por todas las últimas decisiones de Lorenzetti referidas a "traslados de personal de último momento a su propia vocalía y a otras áreas de la Corte".
Bourdin manejaba al CIJ casi como un sitio web personal. Incluso, durante mucho tiempo la cuenta de Twitter del CIJ estaba dedicada casi por completo a retuitear sus comentarios y eso llevó a que el juez Horacio Rosatti lanzara su propia página, en un intento por romper el cerco digital que construyó durante más de una década el rafaelino.
Fuentes judiciales creen que la resolución además de golpear a antecesor le hace daño al propio Rosenkrantz ya que muestra que perdió autoridad en sus primeros días. Incluso dicen que a Rosenkrantz le agarró la "onda gradualista" de Macri Blanco Villegas en el primer año. "Hace todo lento, le sacan el CIJ, tiene que publicar una resolución para resolverlo, ahora va a este acto on Macri y no tiene cómo difundirlo", describió una fuente.
Además de los duros términos en los que se manifestó la batalla, se entiende que la avanzada de Lorenzetti contra Rosenkrantz lo es también contra el hijo bobo de Franco Macri, que durante el acto se mostró muy cómodo con el nuevo titular de la Corte -un hombre que responde en términos políticos a su asesores José Torello y Fabián "Pepin" Rodríguez Simón- y aseguró que juntos están "comprometidos en la lucha contra la corrupción y la impunidad" (ver nota aparte en esta misma edición).
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