Nuclean a más del 13 por ciento de la población del país y están decididos a irrumpir en la arena política. El antecedente brasileño.
Walter Ghione, pastor evangelista |
La discusión por la despenalización del aborto generó un hecho político que pocos advierten pero que puede iniciar una transformación profunda en la distribución del poder en la Argentina.
Es que la victoria de los "provida" en el Senado contó con un protagonista poco reconocido por la política y los medios: el culto evangélico, que el sábado previo a la votación organizó una impresionante manifestación en el Obelisco y el día de la sesión tuvo a su cargo el escenario principal de los pañuelos celestes.
Cuando el país no sale de su asombro por el escándalo de los cuadernos de la corrupción que compromete al poder político y empresario y la justicia junto al sindicalismo encabezan el ranking de las instituciones más desacreditadas por la opinión pública, la discusión por la legalización del aborto dejó tierra fértil para la irrupción de los pastores evangélicos en la arena política.
La posibilidad de que la fe evangélica desembarque en la política con un movimiento de envergadura al estilo brasileño está latente: nuclean a más del 13 por ciento de la población argentina, sus fieles son sumamente orgánicos y tienen recursos de sobra. La envidia de cualquier partido político. En el gigante vecino manejan el Partido Republicano Brasileño (PRB) con importantes bloques legislativos, tienen conglomerados de medios poderosos como la cadena Record y uno de sus representantes, el metodista Marcelo Crivella gobierna nada menos que Río de Janeiro.
Sin embargo, a diferencia de la experiencia brasileña que los llevó al poder en una alianza con el PT, que se terminó de fracturar con el Lava Jato, en nuestro país ese frente podría tomar la forma de un populismo de derecha que se diferencie del progresismo kirchnerista y del liberalismo de Cambiemos.
Una especie de "ancha avenida del medio" inesperada, popular y que no necesite tanto reparo en la corrección política. Una fuerza molarizante y pragmática que sacuda el statu quo a lo Trump.
"Tomamos mucha conciencia de lo que significa nuestra participación en la sociedad, mucho más que antes", admitió el pastor del Movimiento Pentecostal Walter Ghione.
Walter es el hijo de Aníbal Ghione, un reconocido ministro de la iglesia evangélica que llegó a ser presidente de los pastores en Rosario. Su hijo hace años que viene insistiendo tímidamente en la política lo cual le generó más de un chispazo con sectores del mismo culto.
Ahora, con la preponderancia que tomaron tras la caída de la legalización del aborto donde tuvieron una presencia superior al de la iglesia católica -durante la vigilia el escenario principal fue comandado por los evangélicos mientras que los católicos hicieron campamento en gazebos aledaños- tienen la decisión firme de avanzar con un armado electoral propio.
"Hubo un cambio cultural en nuestras iglesias", considera Ghione quien destaca el "protagonismo social que tenemos en los sectores más vulnerables, con mayor presencia que la iglesia católica pero que siempre hemos sido despreciados por el Estado, nunca nos han dado participación".
En ese reproche se esconde la épica que necesita cualquier movimiento histórico que quiera trascender. "Hoy tenemos que ganarnos esos lugares de decisión y la única manera es haciendo política", advierte el pastor.
Ghione ocupa un lugar importante en ACIERA -Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina- y fue uno de los autores del documento que emitió la entidad previamente a la sesión donde les advertían a los senadores que "en sus manos está la decisión más importante de su mandato (...) Para el pueblo evangélico aquí representado esta línea es no negociable y sabremos tener en cuenta vuestra decisión en el momento en que nos toque votar".
Un mensaje directo para los legisladores, sin ambigüedades, con la libertad que solo les permite el autofinanciamiento y no depender del presupuesto estatal. No hay nada que tengan que negociar.
Solo en Rosario, los domingos congregan a 170 mil fieles en 700 congregaciones dispersas en toda la geografía de la ciudad donde a algunas concurren entre diez a veinte personas y en las más importantes el número llega a más de 10 mil.
Además, una de las características que los destaca es lo orgánico y el compromiso que tienen sus creyentes hacia adentro de la comunidad religiosa. De hecho, Ghione reconoció que hay consenso para que los domingos de elecciones se suspendan las reuniones en los templos para que los fieles puedan fiscalizar.
Además de los cálculos de logística, los pastores avanzaron en las conversaciones con otra de las figuras que se destacó en la defensa de "las dos vidas". Se trata de la panelista Amalia Granata, una de las referentes más filosas a la hora de cruzar al colectivo feminista. Walter Ghione admitió que están charlando con Amalia quien podría encabezar la lista a Diputados Provinciales en Santa Fe.
La conductora tuvo su debut electoral en las elecciones pasadas como candidata a diputada nacional cosechando más de 60 mil votos por el Partido Popular. Ahora, luego del pañuelazo, con la proyección que cobró estas semanas confían en que su figura se potenció fuertemente.
"Si al conocimiento que tiene Amalia le sumamos el aparato evangélico para la militancia y fiscalización podemos ser una gran sorpresa", evalúan con entusiasmo en los templos.
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