El desarrollo de la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta aportará un piso de crecimiento anual de entre 0,3 y 0,4% a nivel global para la Argentina y un acumulado de entre 4,5% y 4,8% hasta el 2030, según un análisis conjunto de los ministerios de Energía y Minería, y de Producción. Para Neuquén, por su parte, Vaca Muerta representará una expansión mínima de 2,6% anual y 41,2% en doce años.
Para realizar estas proyecciones, el estudio "Desarrollo de Vaca Muerta: Impacto Económico Agregado y Sectorial" cruzó distintos escenarios y modelos de simulación, y en la hipótesis más optimista llegó a considerar probable un crecimiento anual del PIB nacional de 0,62%, lo que implica un 8,4% acumulado al 2030 impulsado por esta mejora.
Si esta última situación se verificara, la producción de Vaca Muerta por sí sola le daría a Neuquén un 5% de expansión económica cada año, hasta casi duplicar (90% acumulado hacia 2030) su producto bruto regional.
El documento -recientemente elaborado- lleva las rúbricas de dos funcionarios de la Secretaría de Coordinación de Planeamiento Energético, Leonardo Mastronardi y Juan Pablo Vila Martínez; y de Carlos Romero, de la Secretaría de Transformación Productiva.
La simulación de máxima se respalda en un Modelo de Multiplicadores de Insumo Producto (MMIP), que "permite lograr un análisis más amplio y detallado de los efectos de una política determinada, no sólo sobre los sectores a los cuales afecta directamente, sino también sobre aquellos que podrían beneficiarse o perjudicarse de manera indirecta".
Los autores del estudio destacan que el modelo de insumo producto interregional revela las interacciones que se producen más allá del territorio neuquino. Se consideran así, por un lado, los aportes de los sectores productivos, y por otro, el gasto de los hogares y la incidencia extra del gasto público, por su efecto multiplicador derivado de la mayor recaudación impositiva.
En los resultados de la simulación de mínima, los ingresos del gobierno de Neuquén aumentarían en torno al 0,7% anual, como consecuencia de la mayor actividad y la recaudación vía regalías, mientras que para el resto del país los ingresos totales se incrementarían en casi 0,4% cada año. Esos eventuales impactos, desde luego, tendrían sustanciales variaciones en caso de que el precio internacional del barril del petróleo suba o baje en torno de 10%.
En el mejor de los casos Neuquén podría recibir los beneficios de un aporte de 11,6% a su producto, proveniente exclusivamente de Vaca Muerta, y una suba de 11,6% de sus ingresos tributarios; pero en el peor escenario lograría captar apenas 0,7% a partir de los no convencionales y vería caer su renta fiscal en 0,2%.
Según la simulación base, la tasa de desempleo nacional bajaría en aproximadamente 0,3%, con un incremento del empleo en Neuquén del 2,3% (que podría estirarse a 6,4% si el precio del petróleo crece 10%, o achicarse a 1,5% si sobreviene una baja de ese nivel).
Los expertos de Producción y de Energía y Minería puntualizan que el empleo (directo e indirecto) crecería en Neuquén no menos de 24%, esto es 63.200 puestos, y hasta 82.400, 31,5%, de acuerdo con las distintas variantes del modelo MMIP.
A nivel nacional, sin embargo, el impacto sería muy superior: de 290.300 a 404.000 nuevos trabajadores se sumarían por el desarrollo de Vaca Muerta, es decir, podrían registrarse aumentos de entre 1,7 y 2,4%.
El impacto mayor se relacionaría con los empleos inducidos por el aumento del consumo en los hogares, que derivaría en 19.000 nuevos puestos en Neuquén y 115.000 en toda la Argentina, concluye el estudio.
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