Tras alcanzar un acuerdo con el FMI, el régimen macrifascista ya trabaja para poner en marcha el plan acordado con el organismo multilateral de crédito. En paralelo, las gestiones políticas están a la orden del día y desde la Casa Rosada también activaron su propia agenda que incluirá una nueva ronda con gobernadores.
El primero en acercarse a Balcarce fue el mandatario "dialoguista" de Córdoba, Juan Schiaretti.
El peronista mantuvo un encuentro con el ex hijastro de Flavia Palmiero del que también participó el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio.
Lo cierto es que esta nueva etapa en materia económica el régimen proyecta recortar nada menos que unos $ 60.000 millones en obras públicas y por esa razón los gobernadores están atentos a lo que pueda suceder en ese rubro.
Si bien desde el macrifasismo ya anticiparon que ninguna de las obras que hayan comenzado no se van a detener, ningún mandatario deseará que su provincia ingrese en la poda del 0,6% del PBI en materia de proyectos a nivel nacional.
Por lo pronto, el hijo bobo de Franco Macri remarcó la importancia del acuerdo con el FMI al asegurar que hay "previsibilidad y confianza" en la Argentina. En ese contexto, el mandatario sostuvo que su presencia en la Cumbre del G-7 en Canadá recibió el apoyo de los países líderes.
"Acudimos al Fondo Monetario para poder tener previsibilidad", afirmó el idiota confeso, tras destacar que nunca el organismo había dado este apoyo al país. Aseguró que "si hace siete trimestres crecemos, lo podemos hacer por 20 años más".
Además, sostuvo que la negociación se realizó en un "tiempo récord", porque "en menos de un mes logramos este acuerdo" a partir de "la base de lo que estamos haciendo apostando al trabajo".
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